Entre 1998, año de creación del Servicio de Rentas Internas (SRI), y el 2003, la recaudación del Impuesto a la Renta (IR) creció en el 20%: pasó de 415,3 millones de dólares a 499,8 millones.

Sin embargo, en ese mismo  periodo, el Impuesto al Valor Agregado (IVA), que lo pagan los consumidores, aumentó 114% (de 822,1 millones a 1.759,2 millones) y el Impuesto a Consumos Especiales (ICE), 126,2% (de 122,7 millones a 277,5 millones).

Quienes deben pagar el IR son los contribuyentes (personas naturales o empresas) domiciliados en el país.

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En el caso de las empresas, ese impuesto es del 25% de las utilidades (ingresos menos gastos), mientras que para las  personas naturales el cálculo se lo hace –a través de una tabla de rangos– solo para quienes tienen ingresos superiores a los 6.800 dólares anuales. Los tributos financian alrededor del 45% del presupuesto.