Ruth del Salto viajó a Costa Rica. Ecuavisa la envió para cubrir el caso de los niños ecuatorianos que fueron víctimas del tráfico de seres humanos y permanecieron allá durante seis meses. De paso por San José, aprovechó para entrevistar a Alberto Dahik, no porque el ex vicepresidente tuviera algo que decir, sino porque ella estaba cerca. Después de todo, nuestros prófugos ilustres (ex mandatarios, ex ministros, ex banqueros) son siempre una exitosa garantía de audiencia.

Dahik dijo lo que se esperaba que dijera, nada nuevo, pero provocó la reacción (también esperable) de algunos políticos. Por dos días fue noticia en la TV. ¿Por qué? Porque Ruth del Salto viajó a Costa Rica para entrevistar a unos niños. Curioso mecanismo este por el que nacen algunas “informaciones”.

Otros viajes se planifican más y se producen mejor en Ecuavisa. Por estos días, María Teresa Guerrero viaja a México para realizar un “especial tras cámaras” de la nueva telenovela del canal: Gitanas. Naturalmente, viste trapitos cíngaros para la ocasión. Su imagen ha sido diseñada y producida. En México, entrevistará a actores, artistas y técnicos, visitará los estudios de filmación, grabará cuñas, producirá notas para los telediarios y conducirá segmentos especiales.

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Hace poco, Félix Narváez viajó a Venezuela a cubrir una de las noticias más importantes del año. Pero, aparte de sus reportes diarios durante sus pocos días en Caracas, no tuvimos nada (ni un especial, ni una serie, ni un informe) que hiciera de ese viaje una experiencia significativa para los televidentes. De las notas, cuñas, segmentos y especiales de María Teresa, en cambio, tendremos durante semanas.

Los viajes para coberturas informativas se dejan casi librados al azar y se olvidan pronto. Los que tienen que ver con la promoción de enlatados, en cambio, se planifican, se producen y se difunden al máximo. Son prioridades.