Los adolescentes que crecen en ambientes fuertemente contaminados han sufrido una reducción en su capacidad pulmonar, lo que los pone en riego de sufrir enfermedades y una muerte prematura de adultos, sostiene un estudio que se divulgó ayer.

En el estudio más prolongado efectuado hasta la fecha sobre el impacto de la contaminación en el desarrollo pulmonar, los investigadores de la Universidad del Sur de California dieron seguimiento a niños que residen en comunidades cercanas a Los Ángeles, algunas muy contaminadas, otras no, durante ocho años.
Los expertos encontraron que aproximadamente el 8% de los jóvenes de 18 años presentaba una capacidad pulmonar inferior al 80% de lo normal, comparado con el 1,5% de aquellos que viven en poblados menos contaminados.

Este mismo caso podría aplicarse a otras ciudades, señaló Patrick Breysse, director de la División de Ingeniería de Salud Ambiental de la Escuela de Salud Pública Johns Hopkins Bloomberg. Sin embargo, el catedrático no participó en el estudio.

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Efectos
Los efectos fueron iguales en niños o niñas y si los menores tuvieron asma o fumaban.

Estamos observando los efectos de la contaminación del aire de todos los tipos, no solo a subpoblaciones sensibles, indicó el director de la investigación, James Gauderman, profesor asociado de medicina preventiva de la Facultad de Medicina Keck de la Universidad del Sur de California.

El estudio se publicó en la edición de la revista New England Journal of Medicine.

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Los investigadores estudiaron a una población de 1.759 niños en doce comunidades del sur de California a partir de la primavera boreal de 1993 hasta la primavera boreal del 2001, al verificar anualmente su capacidad pulmonar entre los 10 y 18 años, cuando los pulmones crecen sustancialmente y alcanzan su capacidad total.

Mientras tanto, se instalaron estaciones de control en cada comunidad que estuvieron recolectando continuamente información sobre los niveles de los contaminantes más comunes, entre ellos los arrojados por los escapes de autos y camiones, de fábricas y plantas eléctricas.

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La menor función pulmonar se la relacionó con niveles altos de dióxido de nitrógeno,  vapor que contiene ácido nítrico y otros ácidos, así como carbón que se esparce en partículas muy pequeñas, que penetran profundamente en los pulmones.

La Agencia de Protección al Ambiente de Estados Unidos recientemente estableció nuevos estándares que limitan las emisiones de esas partículas finas, que son de aproximadamente un treintavo de ancho de un cabello humano.

El ozono, que es encontrado a niveles inferiores bajo techo que otros contaminantes, parece no haber afectado la capacidad pulmonar de los menores estudiados.