Analista afirma que los objetivos terroristas están en Arabia Saudita y en otros países de Oriente Medio.

El general Yuri Baluevsky, jefe del estado mayor general de Rusia, dijo ayer que su país está dispuesto a realizar ataques preventivos a “bases terroristas” en  el mundo, pero descartó usar armas nucleares.

La resolución es una reacción a la masacre de 336 personas, al menos la mitad de ellos niños, que dejó la toma de una escuela en la ciudad de Beslán, Osetia del Norte y la posterior acción de fuerzas especiales rusas.

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“Llevaremos a cabo todas las medidas para liquidar bases terroristas en cualquier región del mundo”, dijo  Baluevsky, detallando que los medios de ataque serán determinados por la situación concreta en cada región.

De concretarse, esta decisión permitiría a Rusia justificar acciones militares en otros países en los que considere que se realizan acciones que afectan su seguridad. 

Esta decisión recordó la política adoptada por el presidente de EE.UU., George W. Bush,  luego de los atentados terroristas de la red islámica Al Qaeda, el 11 de septiembre del 2001, y que se usó para justificar la invasión a Iraq.

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El politólogo Andrei  Piontkovski, del Centro de Investigaciones Estratégicas de Moscú, dijo que “si en Rusia se considera que el financiamiento del terrorismo proviene de Arabia Saudita, y que el territorio del terrorismo islamista es Medio Oriente, esas dos zonas son objetivos potenciales rusos”.

Moscú ya atacó fuera de sus fronteras: En agosto del 2002, el presidente Vladimir Putin bombardeó en la vecina Georgia bases de rebeldes chechenos y en junio, una Corte en Qatar condenó a dos rusos por matar a un líder separatista.

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Además, el Parlamento ruso anunció que modificará la Constitución en materia de inmigración el próximo 22 de septiembre, aunque se limitaría considerablemente las libertades y derechos constitucionales de los rusos.

Ayer el jefe de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov, advirtió que Rusia resolverá por sí misma sus problemas de política interior y que “no necesita que EE.UU. busque vías de arreglo político al conflicto de Chechenia, en una airada reacción a declaraciones que Richard Boucher, portavoz del Departamento de Estado norteamericano había realizado el martes en ese sentido.

Mientras el servicio de seguridad ruso (ex KGB) ofreció diez millones de dólares por Aslan Masjadov y Shamil Basayev, líderes separatistas chechenos acusados de los ataques que dejaron unos 450 muertos las últimas semanas.

 

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