El jefe de la misión diplomática estadounidense en La Habana subió el tono de sus críticas contra la situación de los derechos humanos en Cuba al construir una réplica de la celda de castigo donde un disidente estuvo confinado dos meses.
 
El estrecho calabozo de dos metros de largo, dos de alto y uno de ancho fue mostrado en una recepción diplomática a la que asistieron varios disidentes el miércoles por la noche en la residencia de James Cason, jefe de la Sección de Intereses de Estados Unidos.
 
"Así es como se trata a los presos políticos en Cuba", dijo Cason, mostrando la celda que hizo construir en su residencia, basándose en los detalles enviados desde prisión por Oscar Elías Biscet, que ha pasado más de cuatro años en la cárcel por su actividad opositora al gobierno del presidente Fidel Castro.
 
La celda tenía una abertura para la ventilación, y un agujero en el suelo para hacer las necesidades fisiológicas. Además se veía un plato de comida, y una rata de plástico y unas cucarachas de goma, que según Elsa Morejón, esposa de Biscet, entran por el desage.
 
"La realidad es más dura. Hay que agregar el calor, la humedad, los mosquitos (...) Mantener hombres así ya es tortura física", dijo el activista de derechos humanos Elizardo Sánchez.
 
Varios disidentes encarcelados han denunciado, a través de sus familiares, similares condiciones en celdas de castigo, con comida en mal estado y deficiente atención médica en prisiones lejos de sus familias.
 
El gobierno cubano niega que en la isla haya presos políticos y asegura que todos los disidentes son contrarrevolucionarios que conspiraban con el gobierno de Estados Unidos para acabar con la revolución castrista.
 
Amnistía Internacional denunció en enero que en Cuba había 84 prisioneros de conciencia, 75 de los cuales fueron encarcelados el año pasado y condenados a penas de hasta 28 años de cárcel cada uno, generando una ola de condena internacional.
 
En los últimos meses, siete de esos 75 disidentes fueron liberados por motivos de salud.
 
Washington, que rompió relaciones con Cuba poco después del triunfo de la revolución en 1959, ha aumentado su apoyo a la disidencia interna durante el gobierno del presidente George W. Bush.
 
Grupos de derechos humanos han criticado a Estados Unidos por el tratamiento dado en su base naval en Guantánamo, en el extremo oriental de Cuba, a cientos de prisioneros de la guerra de Afganistán. El gobierno cubano lo ha calificado de campo de concentración.
 
Estados Unidos ha recibido también numerosas críticas por las vejaciones de sus soldados a presos iraquíes en la prisión de Abu Ghraib, en Iraq, recogidos en fotos que han causado un gran escándalo internacional.