El Kremlin ofreció este miércoles recompensas millonarias por las cabezas de los líderes de la guerrilla separatista chechén, a quienes acusa de haber organizado la ola de ataques terroristas que ha vivido Rusia en las últimas semanas.
 
El Servicio Federal de Seguridad (FSB, antigua KGB) de Rusia anunció una recompensa de poco más de 10 millones de dólares por cualquier información que permita dar con el paradero y eliminar a los líderes separatistas chechenes Aslán Masjádov y Shamil Basáyev.
 
Un comunicado, difundido por los principales medios de comunicación y acompañado por teléfonos de contacto en Moscú y en Chechenia, promete "hasta 300 millones de rublos por información fidedigna sobre su paradero que haga posible su neutralización" y promete garantías del "anonimato y seguridad" de los informadores.
 
Esta es la mayor recompensa que se ofrece en Rusia por los cabecillas chechenes y la primera vez que quien la ofrece es el FSB.
 
Las ofertas anteriores de recompensas, la máxima de ellas de cinco millones por la cabeza de Basáyaev, considerado en Rusia el "terrorista número uno", y 50.000 dólares por Masjádov, elegido en 1996 presidente de la Chechenia independiente, siempre coincidieron con campañas electorales.
 
Esta vez la oferta, que no precisa si el monto ofrecido sería pagado por Basáyev y Masjádov juntos y en qué partes se repartiría por separado, coincide con las fuertes críticas de la actuación de Seguridad en la crisis de los rehenes en Beslán.
 
El FSB destaca que dichos "líderes de bandas armadas" son buscados por la Justicia desde hace años y han cometido "actos terroristas inhumanos en territorio de la Federación de Rusia, que condujeron a pérdidas irreparables".
 
La Fiscalía General rusa afirmó la semana pasada que el asalto de la escuela de Beslán y secuestro de más 1.200 personas, perpetrado por un comando terrorista, fue ordenado por Basáyev y Masjádov.
 
De acuerdo a los últimos datos oficiales, el resultado del trágico desenlace de la crisis de los rehenes es de 335 muertos, mientras el número de heridos se mantiene en 337.
 
El nombre de Basáyev saltó a las primeras planas de los periódicos en junio de 1995, durante la primera guerra chechena (1994-1996), cuando al mando de un destacamento guerrillero chechén entró a sangre y fuego en la ciudad rusa de Budiónnovsk, donde se atrincheró en el hospital local con un millar de rehenes.
 
A cambio de la liberación de los rehenes, Basáyev exigió el fin de los bombardeos y de las operaciones militares rusas en Chechenia y el comienzo de negociaciones.
Sus demandas fueron satisfechas por el Gobierno ruso, que al año siguiente firmó un acuerdo de paz con los separatistas y retiró sus tropas de Chechenia.
 
En agosto de 1999, el jefe guerrillero encabezó una incursión armada contra Daguestán, república vecina de Chechenia, que precipitó el comienzo de la segunda guerra chechena.
 
En febrero del año siguiente, Basáyev perdió una pierna al pisar una mina cuando, junto con las fuerzas separatistas, abandonaba Grozni, la capital chechena, ante el empuje de las tropas federales rusas.
 
Masjádov, ex coronel del Ejército soviético, fue jefe del estado mayor de las fuerzas separatistas durante la primera guerra de Chechenia (1994-1996) y quien, en particular, preparó y dirigió la captura de Grozni, en 1996, tras la cual Rusia firmó la paz.
 
Poco más tarde, fue elegido presidente de esa república en una elecciones cuya transparencia fue verificada por observadores rusos e internacionales.
 
Durante la crisis de los rehenes, Masjádov emitió una declaración difundida por las páginas digitales de los separatistas, en la que condenó la captura de la escuela y afirmó que "los combatientes chechenes no combaten contra mujeres y niños".
 
De acuerdo a las declaraciones de su representante en Londres, Ajmed Zakáyev, Masjádov estaba dispuesto a intervenir personalmente para intentar liberar a los más de 1.200 rehenes que retenía el comando terrorista en la escuela.