Siete militares de EE.UU. y tres guardias nacionales iraquíes murieron ayer en un atentado cerca de Faluja, mientras una nueva ola de sabotajes a oleoductos golpeaba el norte de Iraq.
Ayer cinco extranjeros –un turco, tres jordanos y un sudanés– fueron liberados ayer, pero los secuestradores de los periodistas franceses Christian Chesnot y Georges Malbrunot, exigieron un cese de fuego y un rescate de cinco millones de dólares.
Además, Iraq desmintió la captura de Ezzat Ibrahim, lugarteniente de Saddam Hussein.