El alcalde del municipio colombiano de Ricaurte (sur), el líder indígena Luis Orlando Hernández, quien había sido secuestrado el 25 de agosto, fue rescatado este lunes sano y salvo por el Ejército en una operación en la que fueron abatidos seis rebeldes de las FARC y el ELN, informó una fuente militar.
Hernández recobró la libertad tras un operativo de unidades de contraguerrilla en una zona montañosa de la localidad de Cumbal, en el departamento de Nariño, al que pertenece Ricaurte (930 km al sur de Bogotá), dijo el general Antonio Ladrón de Guevara, comandante de la III División del Ejército.
"Fue una operación exitosa, bien planeada, en la que se logró el rescate ileso del alcalde de Ricaurte y fueron dados de baja seis subversivos de las FARC y el ELN", declaró el oficial a la prensa.
El mando militar precisó que Hernández, líder de la etnia A wa, se hallaba en poder de una facción combinada de los frentes Mariscal Sucre, de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), y Comuneros del Sur, del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
Asimismo, señaló que entre los rebeldes abatidos se encuentran un jefe de finanzas de las FARC y el segundo comandante del grupo Comuneros del Sur.
Hernández fue secuestrado cuando se desplazaba sin escoltas en un vehículo entre Ricaurte y la vecina población de Túquerres, también en Nariño (fronterizo con Ecuador).
El rescate del funcionario se produjo un día después de que fueran liberados tres indígenas secuestrados por las FARC el 21 de agosto junto con el alcalde de la localidad de Toribío (sur), el dirigente de la comunidad Paez Arquímedes Vitonás, quien continúa en cautiverio.
Junto con Vitonás sigue retenido Gilberto Muñoz, ex alcalde de Toribío, municipio del suroccidental departamento de Cauca.
Vitonás y sus cuatro acompañantes fueron secuestrados cuando se desplazaban de Toribío a San Vicente de Caguán -en el vecino departamento de Caquetá-, para visitar un asentamiento Paez.
El secuestro de los indígenas provocó la condena de varios organismos internacionales, entre estos el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Amnistía Internacional (AI) y la organización no gubernamental holandesa Pax Christi.
La Organización Indígena de Colombia (ONIC) ha denunciado que las comunidades aborígenes son víctimas de una campaña de "exterminio" por parte de los grupos armados irregulares, así como de abusos de las Fuerzas Militares.
Dos indígenas fueron asesinados el 28 de agosto en el occidental municipio de Sipirra, y tres días antes fue muerto otro aborigen en la localidad de Cayaima (centro), en hechos cuya autoría se desconoce.
En el primer semestre de este año fueron asesinados en Colombia 61 indígenas, según el gobierno, que señala una disminución del 42% en estos crímenes con respecto al mismo período de 2003, cuando se reportaron 106 casos.