El director mexicano Damián Cordero puso en escena una nueva obra sobre Frida Kahlo, basada en sus cartas personales que muestran a la artista de una manera íntima y cotidiana, muy lejos de la imagen mercantil que se ha creado.

La obra, que lleva el título Frida al viento y se estrenó el pasado 4 de septiembre en el Teatro el Granero del centro de la capital, muestra una mujer más real a la imagen creada por la mercadotecnia y la fridomanía.

“Es un relato mucho más íntimo, aprovechando el material que nos da en primera voz a Frida”, puntualizó el director en rueda de prensa.

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Cordero expresó que a 50 años de su muerte, Frida ha sido objeto del mercantilismo, pero también han surgido propuestas como Frida al viento, que intentan reflexionar sobre el papel de la artista”. El director añadió que este montaje parte de los textos escritos por Frida Kahlo (1907-1954) y de algunas de las misivas que escribió a su novio de juventud Alejandro Gómez Arias, así como a su esposo, el pintor Diego Rivera y algunos de sus amigos.

Cordero mencionó que la puesta en escena muestra  distintos pasajes de su vida, desde la infancia, cuando Frida hace referencia –a través de los textos– de una amiga imaginaria, hasta las últimas líneas en las que describe la presencia de la muerte.

El director da una visión contemporánea de Frida, “pero no de esa mujer que sufría por el dolor, sino aquella que le gustaba chiflar (silbar) y bailar”. Explicó que los textos se retomaron para dar forma a algunos pasajes del montaje, así como para formar parte de los diálogos de las dos actrices que están en escena encarnando a la pintora mexicana.

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Por su parte, la actriz Sak-Nikté, quien es una de las Fridas, expresó que para su interpretación tuvo que entender a una mujer que, a pesar de tener la columna rota a causa de un accidente y de sufrir 22 operaciones, su mente y su espíritu se mantuvieron inmunes, porque Frida “siempre fue una mujer alegre, que le encantaba bailar, silbar...”.

Nikté está acompañada en escena por Carmen Mastache, quien interpreta otras facetas de Frida, que lo mismo pintaba que bailaba y se enamoraba.