En lo que va del 2004, más de quince naves han sido interceptadas; sin embargo, la falta de un adecuado control de las embarcaciones no permite detectar a los traficantes de emigrantes que se encuentran amasando fortunas.

La “clonación” de los barcos –como se la ha dado en llamar– es de varios tipos.
Una consiste en pintarle un nuevo nombre; de esta manera, si la nave es interceptada transportando emigrantes, cuando se realizan las investigaciones, esta no consta en los registros de las capitanías de puerto. Otra se realiza reciclando datos de embarcaciones matriculadas que han sido reportadas como hundidas. También se suele duplicar el nombre de los barcos, por lo que es posible encontrar en los registros uno que está en faenas de pesca, mientras otro, con el mismo nombre, zarpa con un cargamento de emigrantes.

Urge la promulgación de una ley que refuerce el castigo para quienes trafican personas, así como también se requiere de un efectivo control de los barcos matriculados, depurando las base de datos de los que se encuentran activos y los que han sido hundidos. Pero más aún, se requiere del compromiso de las autoridades competentes para impedir que los corruptos sigan felices y campantes mientras convierten al país en una ruta de tráfico ilegal de emigrantes ecuatorianos y extranjeros.