Las autoridades de China anunciaron ayer un ambicioso estudio mediante satélite de la Gran Muralla, su monumento señero, para que la avanzada tecnología determine la longitud exacta de esta construcción y el estado de conservación de sus tramos.

El estudio, anunciado por el subsecretario de la Sociedad Gran Muralla de China, Zhang Ji, y hecho público en los periódicos del país, durará cinco años, tendrá un costo de doce millones de dólares y también fijará la latitud exacta del muro milenario.

La citada sociedad contará con la cooperación del Buró Estatal de Reliquias Históricas y el Centro de Investigación Geofísica de Tierra y Recursos para llevar a cabo el plan, aunque Zhang reconoció que todavía no hay el dinero necesario para la financiación del proyecto.

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Pese a las numerosas investigaciones que a lo largo de la historia se han hecho de este monumento con más de dos milenios de existencia, los científicos aún no  han  acordado sobre cuál es la exacta longitud de la edificación, por lo que las cifras llegan a oscilar desde los 4.000 hasta los 7.000 kilómetros.