Mientras se preparaba para ser sometido a una operación de desvío coronario en los primeros días de la próxima semana, el ex presidente Bill Clinton estaba de buen ánimo y vestido con ropa de calle, ayer en la mañana, caminó alrededor de la habitación del hospital en el que se encuentra internado, informaron allegados de la familia Clinton.

El ex mandatario manifestó que estaba un “poquito atemorizado”, pero no mucho por la cirugía, y esperaba una rápida recuperación para reanudar posteriormente sus actividades cotidianas, entre ellas la gimnasia.

Clinton fue hospitalizado el pasado viernes con dolores en el pecho y dificultades para respirar.

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La operación podría limitar su participación en la campaña del aspirante demócrata a la presidencia, John Kerry.

Déjenme decir esto: los republicanos no son los únicos que quieren cuatro años más aquí, expresó Clinton en una entrevista en directo realizada el pasado viernes a la cadena  de televisión CNN.

Los exámenes mostraron que Clinton, que cumplió 58 años hace dos semanas, tuvo una obstrucción importante en sus arterias coronarias, pero no sufrió un ataque cardiaco, manifestó un médico que realizó los estudios.

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Clinton responsabilizó de la obstrucción en parte a la genética, pero también dijo que pudo ser provocado algún daño al descuidar lo que comía.

Clinton era conocido por su tendencia a combinar la comida rápida, alta en grasa y baja en contenido proteico, con una intensa actividad laboral.