Las calles de Miami lucían desoladas y los negocios cerraron ayer pese al feriado del Día del Trabajo.
 
El huracán Frances se debilitó ayer mientras azotaba las islas Bahamas, donde provocó al menos una muerte, pero avanzaba lentamente hacia la costa este del estado de Florida donde se espera que su ojo u vórtice impacte esta noche.

Frances fue degradado ayer a la categoría dos en la escala Saffir-Simpson, de cinco, indicó ayer a las 20h00 locales (19h00 de Ecuador), el Centro Nacional de Huracanes (CNH), con sede en Miami.

Sin embargo el CNH indicó que el huracán aún sigue siendo peligroso, dado que contiene vientos de hasta 168 kilómetros por hora.

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El gobernador republicano de Florida, Jeb Bush, pidió ayer a los habitantes que “no se consuelen con el hecho” de que el huracán perdió  fuerza, destacando que su pérdida de velocidad “podría permitirle retomar su  potencia".

Frances llegó a ser considerado de categoría cuatro, con vientos de hasta 220 kilómetros por hora a su paso por el archipiélago de las Bahamas.

El huracán disminuyó su velocidad de 20 a unos 6 kilómetros por hora, y de mantener su actual velocidad se espera que su vórtice impacte la costa este del estado de Florida esta noche.

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Aunque debilitado, Frances puede causar daños, especialmente a estructuras frágiles como casas móviles.

El huracán que llegará a solo tres semanas del devastador paso del huracán Charley por el suroeste del estado -donde mató a 23 personas y dejó miles de millones de dólares en daños-, castigó durante la noche al archipiélago de 700 islas de Bahamas con vientos de hasta 203 kilómetros por hora (kph).

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Las primeras lluvias llegaron al mediodía de ayer a Miami Beach, en el sur de Florida, y otras ciudades de los condados de Miami-Dade y Broward, donde se arrancaron  varios tendidos eléctricos y dejaron a casi 200.000 casas sin electricidad.

Para la tarde los vientos azotaban partes del condado de Palm Beach, en el sureste de Florida.

Los vientos ya derribaron árboles y líneas de energía en los condados de Broward y Miami-Dade, que junto a Palm Beach son las áreas más populosas del Estado, con 5 millones de habitantes.

La gasolina comenzó a escasear en el sur del Estado y los refugios para huracanes se llenaron rápidamente luego que se ordenó la evacuación de 2,5 millones de personas de casas móviles y prefabricadas y áreas bajas de la línea costera.

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Los aeropuertos de gran parte del estado suspendieron vuelos o estaban planeando cerrar, de acuerdo con la Administración Federal de la Aviación.

Además de Miami y Fort Lauderdale, entre las áreas más pobladas de Florida también están en riesgo Tampa y el centro turístico de Orlando, donde se encuentran los parques de Disney World.

Las habitaciones libres en los hoteles se han acabado rápidamente y quienes se dirigen tierra adentro en busca de refugio se arriesgan a no encontrar habitaciones disponibles.

Muchos restaurantes, hoteles y bares de Miami Beach, popular por sus  playas, fueron cerrados y sus ventanas y puertas tapiadas en previsión al paso  del huracán, mientras que los residentes se desplazaron hacia zonas más  seguras.

La normalmente abarrotada calle Lincoln Road, en el corazón de South Beach,  estaba prácticamente desierta, excepto por algunos turistas.

Los más abrumados eran los dueños de negocios, que tuvieron que cerrar  sus comercios justo antes del feriado de fin de semana del Día del Trabajo, que  se celebra el lunes y que es una de las temporadas de más demanda turística.

Sin embargo, desafiando las órdenes de evacuar, los surfistas, los amantes  del sol y la gente que quería ver de cerca la llegada del huracán, disfrutaron a  pleno del día, antes de que repentinas rachas de viento los obligaran a salir de  la playa.

Según las últimas estimaciones, el ojo del huracán tocaría tierra en alguna playa del centro de la península de la Florida, unos 130 a 150 kilómetros al norte de Miami.

Un muerto en Bahamas
En las islas Bahamas, Frances derribó varios tendidos de líneas eléctricas y telefónicas, y además inundó carreteras costeras rompieron ventanales de edificios y voló el techo del edificio de una aerolínea al pasar cerca de la ciudad de Nassau.

Un joven murió electrocutado en medio de la tormenta.

Las calles estaban casi desiertas en Nassau, donde viven más de dos tercios de los 300.000 habitantes del archipiélago de la Comunidad Británica.

Además árboles, diques y focos de luz fueron arrasados también en las islas Turks y Caicos.