Vine a vivir a Urdesa hace 38 años, en esa época  se perfilaba hacia una ciudadela bonita y respetable, lo que se consiguió en pocos años.

Pero con el paso del tiempo, los mismos urdesinos nos fuimos descuidando de dar mantenimiento a nuestras viviendas, se hicieron aumentos sin la más mínima estética, se adecuaron locales comerciales que se alquilaron para cualquier negocio; no importaba la naturaleza de estos ni la poca presentación de los mismos.

Es verdad que la situación económica de muchas familias que vivimos en Urdesa ha cambiado, pero eso no nos daba derecho a no pensar que nuestras viviendas perdían plusvalía y nuestra ciudadela se iba desmejorando.

Publicidad

En estos momentos muchas villas lucen abandonadas, con peatonales convertidas en basureros,  aceras en pésimas condiciones,  villas carentes de pintura,  instalaciones eléctricas sobrepuestas y poquísimas áreas verdes.

Esto se hace más notorio en todas las calles que comprenden desde Las Monjas hasta  Costanera, esquina.

La avenida Víctor Emilio Estrada luce hermosa con jardineras llenas de colorido, lindas plantas, arborización apropiada, que ahora sí deja ver las fachadas de las casas, dando visibilidad al conductor y peatón.

Publicidad

Hay aceras amplias, con parqueaderos seguros, villas y edificios recién pintados y en tonos alegres.

Ahora lo que se necesita es educar al transeúnte para que no conviertan las jardineras en asientos públicos; alguien debe hacerse responsable de esto o no habrá más remedio que protegerlas con varillas de hierro.

Publicidad

Todo este cambio en nuestra ciudadela, cuando se tiene orgullo de ser guayaquileño y se quiere al lugar donde se vive, nos llena de satisfacción, agradecimiento y hace reflexionar sobre ser mejores ciudadanos.

Ojalá la Alcaldía pueda incluir en el próximo cronograma de trabajo a la avenida Jorge Pérez Concha, desde Las Monjas hasta Costanera.

En Jorge Pérez Concha y Costanera tenemos un pequeño espacio verde destinado a parque, que nunca ha sido atendido.

Junto al puente que une Urdesa con Miraflores tenemos un ramal del  Salado, que sería importantísimo rescatarlo. Por esta avenida  circulan todos los vehículos que vienen de la costa, como paso obligado al centro de la ciudad o las ciudadelas de Samborondón.

Publicidad

Laura Gómez Serrano
Guayaquil

Urdesa está poniéndose nuevamente linda, como lo fue en sus inicios, y los moradores hemos recobrado la autoestima y civismo de ver nuestro entorno digno, sobrio, pintado, limpio y lleno de plantas.

Pedimos encarecidamente al Alcalde de Guayaquil que para que nuestra ciudadela y todas las zonas de la urbe que se vayan regenerando se mantengan siempre bellas, haya estricta vigilancia y se cumplan sanciones severas para los ciudadanos que sean sorprendidos escupiendo u orinando en el pavimento, tirando basura, sentándose sobre las jardineras, estacionándose con sus carros en media calle; en fin, causando desorden y atentando al ornato.

Ya hemos visto a vagos sentados en las flamantes jardineras. Creo que les deben poner varillas de fierro puntiagudas en los alrededores de las jardineras para evitar que la gente se sienta ahí.

A algunos negocios de comida cuyos dueños tienen la pésima costumbre de botar las sobras de comidas en las esquinas de las calles, sobre las veredas, al pie de los angostos tachos metálicos de basura (que solo son para depósitos de papeles) y causan amontonamiento o cerros de desechos putrefactos, lo cual mancha el pavimento y lo pone grasoso, negro y atrae ratas y chamberos; que les apliquen duro la ley.

Pues no es justo que lo que la autoridad construye, el mal ciudadano lo destruya.

José L.  Castro
Guayaquil