Como ecuatoriana quiero dar mi agradecimiento sincero por el gran esfuerzo realizado en las Olimpiadas de Atenas 2004 de ese pequeño hombre que es nuestro gran atleta Jefferson Pérez.

Aunque él no llegó a la meta deseada en los 20 km, dejó todo de sí en la pista, demostrando con su entrega y humildad que en nuestro país sí existen seres nobles, emprendedores, tenaces, capaces y sobre todo honestos; cosa que cada día se vuelve una utopía en este mundo lleno de corrupción, donde el poder y la prepotencia van arrasando con todo.

Que este digno ejemplo de ser humano sea observado por la niñez y juventud, sobre todo esa juventud desprotegida; que imite las cosa buenas con las que pueda sobresalir, que el sacrificio que esto implica en cada meta que uno se proponga, siempre será recompensada cuando se lo hace con verdadero amor, fe y sobre todo entrega, como siempre lo han hecho Jefferson y tantos otros deportistas que han logrado sobresalir solos y sin la ayuda de nadie, sobre todo la gubernamental, sino con su propia convicción de querer lograr algo productivo para ellos y el Ecuador.

Publicidad

Jefferson, no te sientas triste por no haber llegado hoy, siéntete feliz por haber hecho lo que a ti te gusta; que tu conciencia y espíritu estén tranquilos, sigue adelante y sé siempre como eres: un gran ser humano, eso es lo importante.

La fama y la gloria son pasajeras y, sobre todo, envanecen al hombre. Recuerda siempre que para los ecuatorianos serás siempre nuestro único campeón olímpico.

Elsa Rodríguez Mendoza
Guayaquil

Casi preferí verlo perder (en los 20 km de marcha) porque jamás antes demostró ese pundonor propio de los hombres de bien, lágrimas de valiente que se preparó para ganar y nunca claudicó por conseguirlo.

Publicidad

Hasta en su pérdida fue grande, noble y por eso ya entró a la historia y por eso será perennizado: ¡cuánta gallardía dejó en su último trayecto y no llegó porque su alma se le adelantó! Si así perdieran los ecuatorianos, este país sería orgullo de América.

Si viviera su coterráneo don Manuel de J. Calle, hubiera reconocido en Jefferson Pérez Quezada al mítico Abdón Calderón, que en sus  Leyendas del Tiempo Heroico, así como Homero mitificó a Aquiles, el tuerto Calle no quiso ser infiel a la historia, sino que la idealizó para crear hombres como Jefferson.

Publicidad

¡Viva el Ecuador!

Ing. Carlos Raúl Saavedra I.
Guayaquil

No importa si no llegas primero a la meta en la nueva prueba de los 50 km en Atenas; Jefferson, eso no te hará menos campeón.

Tú ya ganaste hace tiempo y nos demostraste a todos los jóvenes del Ecuador y del mundo, lo que es ser ganador honesto, digno, con corazón.

Gina Mora
Guayaquil     

Publicidad