Un paciente alemán que perdió el hueso de la mandíbula debido a un cáncer ha disfrutado de su primera comida en nueve años -un emparedado de salchicha- tras recibir un trasplante de un hueso similar incubado en su propia espalda.
 
Según la revista médica The Lancet de esta semana, los médicos alemanes utilizaron una red de plástico, un producto químico y la propia médula espinal del paciente para crear en un músculo de la espalda del paciente un nuevo hueso de la mandíbula.
 
El nuevo hueso encajó perfectamente en el hueco dejado por la extirpación del cáncer.
 
No se han realizado aún pruebas para determinar si el nuevo mentón funcionará normalmente a largo plazo, ni si fue creado por las células troncales que contenía la médula ósea. La operación, realizada con carácter experimental, es la primera que se divulga acerca de un hueso creado e incubado dentro del organismo de un paciente.
 
Las células troncales pueden desarrollarse y convertirse en cualquier tipo de tejido del organismo. Estas células son objeto de intensas investigaciones por parte de los científicos que desean utilizarlas para crear determinados tejidos y quizá incluso órganos para ser transplantados a los pacientes que los necesiten.
 
La operación de los médicos alemanes ha cambiado la vida de uno de sus pacientes, dijo el experto australiano en células troncales Stan Gronthos, de la ciudad de Adelaida.
 
Un paciente que había perdido su mandíbula como resultado de un tumor destructivo puede ahora sentarse y comer su primer alimento sólido en nueve años, dijo Gronthos, que no estuvo vinculado con el experimento. Como resultado de ello ha mejorado la calidad de su vida.
 
La operación estuvo a cargo del doctor Patrick Warnke, cirujano de reconstrucción facial de la Universidad de Kiel en Alemania.
 
Desde hace una década, el paciente de 56 años no podía ingerir más que sopas o alimentos blandos.
 
En casos similares, los médicos suelen reemplazar el hueso extirpado con una pieza ósea extraída de una pierna o de la pelvis, que luego se remodela para hacerla encajar en la mandíbula.
 
Pero en este caso ese tipo de operación estaba contraindicada debido a otros problemas médicos del propio paciente que le obligaban a tomar anticoagulantes.
 
Los médicos declinaron utilizar huesos de plástico o de otros materiales debido al riesgo de que se produjese una infección.