La obra El Grito es un símbolo de la angustia existencial que muestra a una figura frente a un cielo rojo-sangre. Este cuadro es el más conocido del artista Edvard Munch y el más famoso de Noruega.

La pintura La Madona, en cambio, muestra a una misteriosa mujer morena con el pecho descubierto. Es una fémina erótica con un halo rojo rodeado por un aura oscura.

Edvard  Munch luego produjo litografías con esa imagen.

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La Madona es un cuadro al óleo de 90,5 centímetros por 70,5 centímetros. Al igual que casi todos los personajes de Munch, la cara es algo demacrada, excesivamente delgada y con los ojos hundidos.

El museo donde estaban expuestas las pinturas tiene guardias no armados y los cuadros están colgados en la pared con alambres que hacen sonar una alarma en una comisaría cercana si se tira de ellos. En la galería no sonó ninguna alarma.

Este robo suma el tercero de las obras maestras de Munch desde 1988,  cuando fue robado su cuadro titulado  Vampiro.

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Noruega prometió reforzar la seguridad cuando otra versión de 1893 de El Grito fue sustraído por unos ladrones que simplemente rompieron una ventana de la Galería Nacional, en 1994.