El presidente estadounidense, George W. Bush, insistió ayer en que se están “haciendo buenos progresos sobre el terreno” en Iraq, a pesar de la  violencia en zonas chiís y sunís de ese país.

Bush repasó  la evolución de los acontecimientos en Iraq con el grupo de asesores de defensa, en una reunión anual en la que también se estudió el proceso de transformación de las Fuerzas Armadas y la reforma del espionaje de EE.UU.

El presidente invitó a su rancho de Crawford (Texas) al vicepresidente, Dick Cheney; al jefe del Pentágono, Donald Rumsfeld; al jefe del Estado Mayor Conjunto, Richard Myers, y a su consejera de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice.

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Tras la reunión, Bush se esforzó en mostrar un lado favorable de la situación en Iraq. “Hemos lanzado la guerra al terrorismo. El  mundo es más seguro gracias a nuestras iniciativas. Afganistán ya no está  dirigido por los talibanes. Saddam Hussein está en prisión, Mouammar Kadhafi se  deshizo de sus armas, Pakistán es un aliado en la guerra contra el terrorismo”,  enumeró.