Se estima que alrededor de mil personas dependían de la actividad de la finca. El antagonismo podría profundizarse en los próximos meses, con lo que la caída en la producción se agravaría aún más.

Los agricultores argumentan que del precio de venta al consumidor del cigarrillo, incluidos impuestos, ellos reciben en el mejor de los casos apenas el 4%, lo que no compensa sus inversiones y esfuerzo.

Añaden que todo el proceso técnico está controlado por las empresas que fabrican cigarrillos –que deciden desde qué variedades sembrar hasta qué insumos utilizar–, por lo que estas deberían asumir una mayor responsabilidad por los resultados obtenidos.

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La situación del productor agropecuario en la Costa –de manera especial en la provincia del Guayas– no es buena. Desde hace algunos años el sector atraviesa por una fase de estancamiento. Ahora esta noticia se suma para seguir configurando un panorama desalentador.

El Ministerio de Agricultura –que deberá mediar en el conflicto entre agricultores y fabricantes de cigarrillos– tendrá que evaluar con justicia todos los elementos del problema y procurar una solución que impida que una nueva calamidad recaiga sobre los hombros del agricultor costeño y guayasense.