Lo que ingresa por venta de crudo no es suficiente para importar combustibles, según autoridades.

Los altos precios del barril de crudo en el mercado internacional le dejaron al país 209 millones de dólares adicionales a lo presupuestado en los primeros siete meses del año, informó ayer la estatal Petroecuador.

Según la entidad, en ese periodo, el negocio total de la petrolera –que incluye exportación de crudo, venta de derivados de petróleo y de combustibles– generó 2.102 millones de dólares.

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De ese monto, 437 millones se devolvieron a Petroecuador para que cubra sus costos de operación; 440 millones se destinaron a la importación de combustibles (diésel, gasolina más limpia, gas) para el consumo interno y 1.225 millones pasaron al Ministerio de Economía para alimentar el presupuesto del Estado.

En el último rubro están incluidos los 209 millones de dólares que no estaban presupuestados y que el país obtuvo gracias al comportamiento del precio del crudo. En el presupuesto, se consideró un barril de crudo de 18 dólares y el país vendió cada barril en un promedio de 32 dólares.

Ayer, el ministro de Energía y el viceministro de Economía, Eduardo López y Ramiro Galarza, respectivamente, respaldaron la posición que, el miércoles pasado, evidenció el primer mandatario, coronel Lucio Gutiérrez, quien sostuvo que el país no goza de los beneficios de los altos precios del petróleo porque la mayor cantidad del dinero se destina a importar combustibles.

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“El presupuesto general del Estado no ha ganado absolutamente nada con la subida del precio del petróleo, porque todo lo que sube (se gana) en la exportación, baja (se pierde) en la importación de derivados”, sostuvo Galarza.

Hasta finales de año, expresó el funcionario, Petroecuador exportará alrededor de 70 millones de barriles de crudo, pero importará 60 millones de barriles en derivados (crudo procesado). “Eso significa que el dinero que recibe el país por sus exportaciones no es suficiente para las importaciones de derivados, por lo que finalmente, el efecto es nulo”, anotó.

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Basándose en este argumento, el Gobierno propone la modernización de las actuales refinerías a través de la inversión privada; y la construcción de una nueva infraestructura. El primer plan podría ejecutarse este año, pero depende de una negociación política (trabajadores y Congreso); el segundo, necesitaría al menos dos años.

El excedente que obtendrá el país hasta finales de este año pasará al Ministerio de Economía, que luego de analizar el tipo de crudo que se exportó (según los grados API) destinará una parte, por ley, al Feirep. Dicho ministerio, sin embargo, no considera como un beneficio al rubro que se destina a dicho fondo, pues ya está preasignado.