El candidato demócrata a la Casa Blanca John Kerry prometió este viernes impulsar el crecimiento del empleo en Estados Unidos y adoptar una posición más firme ante China, al exponer su plan económico.
"Sabemos cómo poner a la gente a trabajar", declaró, criticando al presidente George W. Bush por la pérdida de unos 160.000 puestos en la industria manufacturera de este conservador Estado del este del país, donde ganaron los republicanos en la elección de 2000.
Kerry viajaba luego a Florida para observar la devastación provocada por el huracán Charley, el peor meteoro que azotó el Estado en 12 años. Bush visitó las áreas más afectadas el domingo.
En vista de la elección presidencial del 2 de noviembre, Bush tiene una leve ventaja sobre su oponente en temas relacionados con la seguridad nacional, pero enfrenta un generalizado descontento en lo que respecta a su manejo de la economía estadounidense.
Mientras Kerry hablaba ante cientos de personas bajo una enorme leyenda que rezaba "Un plan real para una economía más fuerte", su campaña difundió un plan de seis puntos que incluye el compromiso de adoptar una posición más enérgica ante los abusos de que se acusa a China en materia comercial.
Uno de los puntos propone "una inmediata investigación sobre la violación de los derechos de los trabajadores en China y aumenta la financiación de los esfuerzos en favor de los derechos de los trabajadores y contra el trabajo infantil", mientras que otro promete emprender "acciones más efectivas para detener la manipulación ilegal de divisas por parte de China y otros países".
Kerry se comprometió además a poner fin a los incentivos fiscales otorgados a empresas que mudaron su producción al exterior y a hacer cumplir los acuerdos comerciales firmados con otros países.
"Necesitamos un presidente y una administración que sea firme y luche por el trabajador estadounidense, porque si se le da al trabajador estadounidense un trato equitativo para competir, no hay nadie en el mundo" con quien no pueda competir, declaró.
Kerry también se comprometió a eliminar los recortes de impuestos concedidos por Bush para los ingresos superiores a 200.000 dólares anuales y subrayó planes para rebajar impuestos a empresas, reducir los costos de atención médica e invertir en educación y capacitación laboral.