Austeridad fiscal, apertura petrolera y garantías para la inversión en el sector eléctrico -tres de los temas más importantes de la agenda pendiente con el Fondo Monetario Internacional (FMI)- son la base de los proyectos del Gobierno hasta fin de año, pese al aparente alejamiento del ministro de Economía, Mauricio Yépez, con el organismo, expresado en sus intervenciones públicas.

La austeridad fiscal se traducirá en una pro forma presupuestaria del 2005 similar a la actual, acordada en su momento con el FMI; es decir, con un petróleo de 18 dólares y menos del 10% para efectuar reasignaciones.

Fuentes del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) explicaron que la rigidez se debe a que más de la mitad del gasto se concentrará, nuevamente, en el pago de salarios y deuda pública del Ecuador.

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La Subsecretaría de Presupuestos mantiene en reserva el detalle de las cifras, debido  a que –según uno de sus técnicos– “a última hora todo puede cambiar”.

Jaime Carrera, secretario del Observatorio de la Política Fiscal (OPF), advirtió, sin embargo, que “la estructura de la pro forma será la misma, porque no hay más alternativas. Solo se deben aumentar los sueldos (tras la homologación) y el costo de las pensiones jubilares”.

El MEF anuncia que incluirá anexos con todos los ingresos y gastos, entre ellos, los subsidios y las rentas propios de cada institución, rubros que hasta este año no constaban en ningún presupuesto.

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La pro forma debe enviarse al Congreso antes del 1 de septiembre, de acuerdo con la Constitución.

Tras su receso de dos semanas, el FMI reanudará sus actividades este viernes y la próxima semana enviará una misión al país para analizar las medidas que planea el Gobierno.