Voceros de la institución declararon que esa posibilidad técnica es todavía un asunto de “ficción” en nuestro país.

El dato es por demás revelador. Nos alerta en el sentido de que probablemente haya un problema de enfoque en la manera cómo se viene conduciendo la lucha contra el crimen. Las tareas de control y represión son importantes, pero el trabajo de inteligencia es el que más rinde para enfrentar a los delincuentes. La ciencia de la investigación policial nació precisamente con la dactiloscopia, y si en ese campo estamos tan retrasados, eso explicaría en parte por qué nos está resultando tan difícil detener el auge delictivo.

La Comisión de Seguridad que se conformó recientemente en Guayaquil, con la participación de fuerzas ciudadanas para colaborar con el esfuerzo de la Policía Nacional, deberá tomar en cuenta estas preocupaciones. A más de ayudar a conseguir recursos, sus integrantes deberán abrir un diálogo con los agentes de seguridad para establecer el mejor modo de invertirlos. El tiempo y el dinero que se canalizan hacia una estrategia errada o parcial no dan frutos; en cambio, aun con insuficiencia de elementos materiales y humanos se pueden obtener excelentes resultados si se apunta hacia el objetivo correcto.