El candidato demócrata a la Casa Blanca, John Kerry, atacó este miércoles el plan del presidente George W. Bush de retirar tropas de Europa y Asia porque perjudicará a la seguridad de Estados Unidos y dificultará la guerra contra el terrorismo.
 
"Este no es el momento y ésta no es la forma" de retirar fuerzas de la escena internacional, afirmó Kerry en un discurso ante la convención anual de la organización de veteranos de guerra (VFW), en Cincinnati (Ohio).
 
El plan "vagamente expuesto" por Bush el pasado lunes en esta misma convención, "genera más dudas que respuestas sobre nuestras intenciones y nuestros compromisos" en la seguridad mundial, aseguró el candidato demócrata.
 
Kerry destacó que la propuesta del Gobierno "no refuerza nuestra posición en la guerra contra el terrorismo" ya que, "con Al Qaeda operando en 60 países, necesitamos alianzas más estrechas en todas las partes del mundo", en lugar de retirar tropas de países aliados.
 
El plan de Bush incluye la retirada de entre 60.000 y 70.000 soldados de Europa y Asia en el curso de los próximos diez años.
 
Los puntos más destacados de ese plan son la retirada de aproximadamente un tercio de los 37.000 soldados estadounidenses de Corea del Sur y de dos divisiones pesadas del Ejército actualmente estacionadas en Alemania.
 
Kerry centró su ataque en la retirada de la península coreana, en un momento en el que el Gobierno de Pyongyang mantiene el desafío a la comunidad internacional con la continuación de su programa nuclear militar.
 
"Por qué estamos retirando 12.000 soldados de la península coreana a la vez que negociamos con Corea del Norte, un país que tiene armas nucleares?", preguntó el candidato presidencial del Partido Demócrata.
 
La retirada parcial de Corea "envía la señal equivocada en un momento equivocado" al régimen norcoreano, insistió.
 
"Este Gobierno ha gestionado mal las relaciones con Corea del Sur", afirmó en declaraciones a CNN el general retirado Wesley Clark, asesor de seguridad de Kerry, quien insistió en que el plan de Bush "es una mala estrategia".
 
Kerry repitió su propuesta de aumentar las filas del Ejército en 40.000 soldados para poder afrontar las crecientes misiones en el exterior y consideró que el plan de Bush no resolverá a corto plazo la excesiva dispersión de las fuerzas de tierra por todo el mundo.
 
En este sentido, insistió en que EE.UU. debe intentar cooperar más a fondo con los aliados, sobre todo con los de la OTAN, para reducir el esfuerzo militar y económico de Washington en Irak, donde "estamos cargando con la parte del león" en la estabilización y reconstrucción del país.
 
También pidió que se acelere la formación de las fuerzas militares y de policía de Irak para que los ciudadanos de ese país asuman más rápidamente mayores funciones en la seguridad iraquí.
 
En el plano doméstico, Kerry, quien combatió en la guerra de Vietnam y recibió cuatro condecoraciones, acusó también a Bush y a su Gobierno de haber adoptado numerosas medidas que han perjudicado a los veteranos militares.
 
Cierre de hospitales, aumento de los costes de las medicinas para los ex militares, exclusión de veteranos de algunos servicios de salud fueron algunos de las medidas que denunció el candidato demócrata.
 
"Los 26 millones de veteranos y sus familias están muy lejos de poder proclamar que la misión está cumplida", afirmó Kerry, en una alusión a la frase que Bush anunció el lunes acerca de la puesta en marcha de nuevos programas de salud para los ex militares.
 
La intervención de Kerry continuó con el intento de las dos campañas presidenciales de ganarse el voto de los antiguos militares de EE.UU., donde hay 26,4 millones de personas que han servido en las Fuerzas Armadas y son votantes potenciales.
 
Tradicionalmente, los ex militares suelen tender hacia posiciones políticas conservadoras, pero Kerry está apostando a fondo por su experiencia militar para lograr el apoyo de numerosos veteranos.