Los Juegos de Atenas 2004 quedarán grabados en la historia del básquetbol a partir de la caída total del mito que rodeaba al Dream Team (equipo de ensueño), integrado por profesionales de la NBA que anteayer perdió ante Puerto Rico (92-73) un invicto olímpico de 24 partidos sin conocer la derrota.

Ese día, ante unas 12.000 personas reunidas en el complejo Heleniko de la capital griega, el sueño se convirtió en pesadilla y un puñado de jugadores de la NBA fueron protagonistas de la cuarta derrota por campeonato de un equipo que había sido creado para recuperar el oro olímpico en Barcelona 1992.

Entonces, Estados Unidos decidió enviar por primera vez a los Juegos un plantel formado por figuras de la NBA, entre los cuales estaban los legendarios basqueteros Earvin Magic Johnson, Larry Bird y Michael Jordan.

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Ese equipo recuperó la medalla venciendo en la final al quinteto de Croacia y para la cátedra fue el único que verdaderamente tuvo magia.

Cuatro años más tarde, en los Juegos de Atlanta, un nuevo Dream Team, con Shaquille O Neal a la cabeza, retuvo la corona, aunque sin despertar ovaciones.

Para los Juegos Olímpicos de Atenas, el entrenador Larry Brown, campeón con los Detroit Pistons de la última temporada de la NBA, no tuvo más remedio que juntar un puñado de jugadores, casi todos de segunda línea, tras el rechazo de las figuras por problemas personales o temor a sufrir algún atentado.