La salud del Papa Juan Pablo II se ha deteriorado y el máximo representante de la Iglesia Católica puede estar cerca del final de su vida, dijo este lunes un cardenal belga en declaraciones a medios de prensa.
 
El Papa de 84 años, quien padece la enfermedad de Parkinson y una severa artritis, tuvo que esforzarse para terminar una emotiva visita a la gruta de la Virgen de Lourdes el domingo.
 
Una multitud de 200.000 personas escuchó sus palabras en un campo cerca de la gruta donde se dice que la Virgen María apareció ante una campesina en 1858.
 
"Fue una de las celebraciones más emotivas", dijo el cardenal de Bélgica Godfried Danneels al periódico belga Het Laatste Nieuws. Danneels es considerado como uno de los candidatos para suceder a Juan Pablo II.
 
"La salud del Papa se ha debilitado seriamente. Cuando el Papa dice: Termino mi peregrinaje aquí, podría significar dos cosas. Eso, al menos, fue como lo interpretaron las personas que lo escucharon en el campo. Fue casi su despedida a Lourdes y puede que también a su vida", agregó el cardenal.
 
Danneels dijo a la emisora de radio belga VRT que los comentarios del Papa sobre el fin de su peregrinaje "podrían apuntar a algo más profundo".
 
"Por supuesto que puede significar que no es algo que ocurrirá mañana o el mes próximo pero que considera que el fin está cerca", añadió.
 
El Papa, cuya dicción suele ser difícil de entender, ya no camina en público y es trasladado en una silla de ruedas especial.
 
En algunos momentos de la misa abierta del domingo, el Papa arrastró las palabras, y el sábado casi se cayó cuando se arrodilló en la gruta.
 
No es la primera vez que su fragilidad en un viaje al exterior ha generado especulaciones sobre cuánto tiempo de vida le queda.
 
Durante una visita a Eslovaquia en septiembre, estaba tan débil que sus colaboradores tuvieron que leer la mayor parte de sus discursos. Muchas personas creyeron que no volvería a viajar.