La celebración de la eucaristía -presidida por Mons. Antonio Arregui, arzobispo de Guayaquil- marcó el inicio del VII Encuentro Juvenil Católico que se efectuó, la mañana de ayer, en el seminario mayor Francisco de Garaycoa.

Cientos de jóvenes se ubicaron en el coliseo del sitio para escuchar el sermón del obispo. Cantaron y ofrecieron plegarias.

Los que no escuchaban la misa, confesaban sus pecados a los tres sacerdotes que estaban ubicados en una de las áreas verdes del seminario.

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Otros prefirieron esperar la llegada de sus compañeros para el encuentro. Este fue el caso de Marcos Córdova.

Córdova, quien es universitario de la carrera de medicina, confesó sentirse entusiasta con la práctica de esta actividad ya que “escuchar frases llenas de vida y esperanza son reconfortantes para conducir la vida de todos los hombres”.

Tamara Ávila, alumna del colegio Provincia de Bolívar, quería escuchar las charlas que tenían previsto dictar los seminaristas al mediodía ya que siente cierta inclinación por la actividad misionera.

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“Pero, aún no lo tengo definido ya que esa es una verdadera decisión seria”, indicó.

Los jóvenes de la parroquia Francisco Xavier Garaicoa también acudieron a este encuentro con el objetivo de perpetuar la fe y el amor cristiano en sus corazones.

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Después de la misa, que concluyó a las 11h00, los asistentes a este encuentro realizaron dinámicas y conversaron con los mensajeros vocacionales.

Bienvenida
Recibieron también la bienvenida de parte del rector del Seminario, padre Rodolfo Soledispa, quien les habló de las bendiciones que Dios da a los hijos diariamente.

Se remitieron a la lectura de algunos libros de la Biblia para explicar las situaciones y circunstancias buenas y malas de la vida.

José Cedeño, miembro del área de logística del seminario, señaló que los casi 2.400 jóvenes que asistieron iban a ser divididos, según las edades, para recibir información más especializada sobre el amor a Dios, los sacrificios, personalidad, valores éticos y actitudes cristianas.

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Otro de los temas que los jóvenes querían tratar en este encuentro, según una encuesta realizada por el seminario, fueron: la responsabilidad de los padres con hijos y viceversa, la división entre católicos y evangélicos, pasión y muerte de Jesucristo, entre otros.