En apego a los últimos estudios  realizados por  historiadores,  investigadores e incluso del pronunciamiento oficial que sobre el tema de la fecha oficial de fundación de la ciudad al que la Municipalidad de Guayaquil  lo llama “proceso fundacional”,  hoy  debemos recordar 470 años de  fundación española de esta metrópoli, que desde sus  albores también se identifica con la denominación de Santiago.

Correspondió al mariscal Diego de Almagro la fundación de Santiago (posteriormente Santiago de Guayaquil) el sábado de la Asunción de María del 15 de agosto de 1534 en las inmediaciones  de Riobamba. Debido a factores  geopolíticos y otros motivos ineludibles, luego de traslados y asentamientos la  Santiago de esa memorable fecha  vino a ubicarse en su actual lugar, donde progresa como una de  las urbes más hermosas de la patria.

Son pues, los traslados, reasentamientos y repoblamientos que experimentó esta ciudad parte de lo que nuestro cabildo llama  ‘proceso fundacional’ a partir de 1534. La teoría de que Guayaquil fue fundada en una fecha como la de hoy de hace 470 años,  la enunció en 1955 el Ing. Miguel Aspiazu Carbo. Tras varios  años de originar controversias la mayor parte de los  estudiosos aceptan y respaldan  la tesis del personaje compatriota.

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El nombre de Guayaquil lo tiene la urbe por el hecho bien comprobado que existió un cacique, un río y una población llamada Guayaquile, consignados en más de un antiguo documento. Lo del cacique Guayas y la princesa Quil (Kil) solo es una hermosa leyenda.

Educador y  filósofo
El Dr. Manuel de J. Real  Murillo desplegó un  ejemplar quehacer educativo, literario y periodístico. Estudió en  los colegios San José, Cristóbal Colón y Vicente Rocafuerte y  en la Universidad de Guayaquil, donde escogió la carrera de Jurisprudencia.

Desarrolló su   magisterio  en el ‘Vicente’  y el Aguirre Abad;  en las facultades de Derecho y Filosofía y Letras de la Alma Máter porteña. Cultivó la filosofía, fue redactor de la revista Vistazo.

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Nuestro Gobierno  le impuso la Orden Nacional al Mérito en el Grado de Comendador. Escribió el libro Rebelión al olvido; murió el 15 de agosto de 1993, en Guayaquil.