El Gobierno iraquí decidió reanudar ayer las  operaciones militares en la ciudad santa de Nayaf contra los milicianos leales  al jefe radical chiita Moqtada Al-Sadr tras el fracaso de las negociaciones, anunció el asesor para la seguridad nacional, Muaffak al-Rubai.

Los enfrentamientos estallaron hace diez días entre los milicianos, que  defienden un reducto de un kilómetro cuadrado en el casco antiguo de Nayaf en  torno al mausoleo del imán Alí, y las fuerzas estadounidenses que apoyan a las tropas iraquíes.

Un portavoz de Al-Sadr acusó ayer al primer ministro iraquí,  Iyad Allawi, de romper las negociaciones destinadas a poner fin a los  combates en Nayaf, en una declaración al canal de televisión Al Jazeera, de Qatar.

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El secretario de Defensa de Estados Unidos, Donald Rumsfeld, afirmó ayer que la conducta de Al-Sadr es “ilegal y constituye un obstáculo para la paz en Iraq”.

Un toque de queda estará vigente hoy en el  centro de Bagdad para garantizar la seguridad de los 1.300 participantes en la  Conferencia Nacional que impulsará el proceso para las elecciones del 2005, declaró el ministro del Interior, Fala al Naqib.

En otros puntos de Iraq, el ejército de EE.UU. dijo que  mató a 50 insurgentes en varias operaciones cerca de la ciudad iraquí de Samarra. También hubo enfrentamientos en la localidad de Hilla, donde perecieron 40 combatientes y tres policías.