El papa Juan Pablo II, que padece la enfermedad de Parkinson, viajará mañana a Francia para un peregrinaje de dos días al santuario de Lourdes, donde orará ante la Virgen María con miles de peregrinos para pedir por la salud de todos los enfermos del mundo.

El pontífice, de 84 años, cuyas condiciones de salud son delicadas, cumplirá un peregrinaje apostólico, dedicado completamente a la figura de María, de quien es devoto desde su infancia.

En el santuario católico más conocido del mundo, donde la leyenda sostiene que la Virgen se apareció varias veces en 1858 a una joven y que recibe unos seis millones de visitantes cada año en búsqueda de un milagro, una curación o un alivio, el Papa cumplirá el gesto simbólico de beber el agua del manantial milagroso.

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“Pido que me acompañen para que el peregrinaje del sucesor de Pedro sea rico para el pueblo de Dios”, clamó el Papa, el miércoles, durante la audiencia general. Este es el 104 viaje al exterior del Papa en 25 años de pontificado.