Constantemente, durante los últimos 20 años, hemos visto cómo se degrada a los símbolos patrios.

Creo que hay una falta de civismo impresionante.

¿Cómo un ex militar como el actual Presidente de nuestro país se ha permitido cambiar una fecha patria tan importante en el calendario de los ecuatorianos como la del 10 de Agosto  y la  trasladara a otro día: mañana?

Publicidad

¿En la institución militar ya no se inculca el amor a la patria y el respeto a sus íconos?

Esas acciones demandaban, en época de mis bisabuelos, el envío al paredón con cargo de traición a la patria.

No tengo nada en contra del Presidente en quien vi, al inicio de su gestión, una esperanza para el Ecuador como medida de cambio; sin embargo, ahora me encuentro muy decepcionado, porque va en contra del bien de la nación que le dio educación, demostrando ingratitud imperdonable.

Publicidad

¿Es así como se ha formado a las Fuerzas Armadas en los últimos 30 años?, de ser así, ¡que Dios nos proteja!

Patricio Gallardo Daste
Guayaquil

Publicidad

En toda nuestra vida nos inculcaron que el 10 de Agosto es la fiesta nacional del Ecuador, la fecha más importante del calendario patriótico del país, la cual la celebran nuestros compatriotas que residen en el exterior con actos especiales.

Pero aquí en Ecuador, por mandato de nuestro Gobierno, que de paso es de descendencia militar y por tanto se supone que de los más patriotas, se ha decretado que el 10 de Agosto sea  el viernes 13 (mañana); es decir, como cualquier fiesta secundaria que hay que conmemorar, pero no reviste importancia como para celebrarla en su día.

En todo país del mundo la principal fecha nacional es inamovible para diferenciarla de tantas otras de menor importancia, pero en Ecuador, que siempre sobresalimos por lo ridículamente innovador, se hace todo lo contrario de lo moral y lógico.

Se argumenta que lo hacen para “fomentar el turismo interno”, otra contradicción sin sentido. Es más aprovechable para el turismo, un lunes después de un fin de semana, que un viernes principio de fiesta. Además, es preferible para los negocios empezar una semana en martes, que cortar abruptamente la semana en un jueves.

Publicidad

Lo más fuerte del comercio, cobros y  pago de los obreros es los viernes.

En este caso, si hubiese el Gobierno deseado fomentar el turismo debió haber respetado el 10 de Agosto en su día –de este año– que fue martes, y decretar el lunes 9 que no se trabaje, pero que es un día recuperable para efectos del mes laboral. Así se hubiera fomentado el turismo interno.

Lamentablemente ciertos gobernantes no piensan con sentido común que para ellos es el menos común de los sentidos.

Benedicto Álvarez Firmat
Guayaquil