Después de doce horas que fue interrumpido el paso vehicular y peatonal en el puente internacional de Rumichaca, del lado colombiano, por gremios indígenas de Ipiales y comerciantes ecuatorianos que laboran en esa ciudad, la tarde del pasado lunes se reabrió la frontera.

Según  Antonio López, jefe de la policía de Ipiales, tuvieron que utilizar la fuerza por orden del presidente Álvaro Uribe, “porque en nuestro país ninguna vía debe permanecer cerrada”.

El jefe de la unidad policial dijo que a las 17h00 del lunes, cuando los protestantes estaban confiados en la toma, miembros del II Distrito Ipiales despejaron la vía.

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Doscientos uniformados utilizaron gases lacrimógenos y la fuerza para dispersar a los manifestantes, desbaratar las barricadas y sacar los palos y llantas que se habían utilizado para bloquear el paso entre ambos países.

En la acción fueron detenidas 45 personas que en la mañana de ayer comparecieron ante las autoridades para definir su situación legal.

Durante la protesta, los revoltosos tuvieron cautivos a seis agentes de la Policía Aduanera y a una funcionaria de la Aduana, quienes luego quedaron en libertad.

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La toma del puente, del lado colombiano, se realizó el pasado lunes a las 03h00 y los manifestantes justificaron su acción por la actitud hostil que supuestamente muestra el alcalde de Ipiales, Luis Villota, quien  indicó que la protesta fue organizada por grupos indígenas que tienen problemas internos. Desmintió las acusaciones de las que ha sido objeto por parte de los protestantes.