Cuando se realizó la regeneración urbana en la Plaza Colón, que está junto a la iglesia de Santo Domingo, más conocida como San Vicente, el cabildo intervino en la fachada colocando pintura.

Según el padre Neftalí Acosta se puso un color rosado que no tiene nada que ver con el que tenía la iglesia, también se pintó el área donde está el muro colonial, el único que queda en Guayaquil, y se puso una pintura color café en las puertas.

Este trabajo, señala el sacerdote, no benefició en nada a la iglesia, pues el colocarle esa pintura a las puertas hará más complicada la tarea de restaurarla. “Ellos debieron habernos consultado”, dijo.