El Gobierno estadounidense rehusó hoy comentar las nuevas acusaciones y la orden de busca y captura dictada por las autoridades iraquíes contra el que fuera uno de sus más estrechos aliados, el líder chií Ahmed Chalabi.
 
"Es un asunto que tienen que gestionar las autoridades iraquíes", según el portavoz de la Casa Blanca Scott McClellan, quien se negó en reiteradas ocasiones a pronunciarse sobre si Chalabi podría ahora entrar en territorio estadounidense y explicar su versión de los cargos de falsificación de dinero que se le imputan.
 
"Es un ciudadano iraquí... y su futuro será decidido por el pueblo iraquí si quiere seguir jugando un papel en el país", añadió.
 
También desde el Departamento de Estado, el portavoz Adam Ereli insistió ante la prensa en que se trata de un asunto interno de Iraq y que son las autoridades judiciales de ese país las que tienen la responsabilidad de tomar una decisión al respecto.
 
El proceso iniciado contra Chalabi, añadió, no tiene nada que ver con "antiguas asociaciones o amistades" y el papel que va a jugar Estados Unidos en este proceso será el de dejar que siga su curso.
 
Ereli dijo que "son nuevas para nosotros" las últimas acusaciones que pesan contra Chalabi.
 
Las autoridades judiciales iraquíes lo acusan concretamente de falsificar los dinares que fueron retirados hace pocos meses de circulación.
 
Además de él, inculpan de asesinato a su sobrino Salem Chalabi, quien es el jefe del Tribunal Especial que deberá juzgar al ex mandatario Sadam Hussein.
 
Las órdenes de captura contra Ahmed Chalabi y su sobrino Salem fueron emitidas el pasado sábado, el mismo día en que el gobierno interino declaró una amnistía limitada que excluye los delitos de sangre.
 
Ahmed Chalabi, además de miembro del disuelto Consejo de Gobierno de Iraq, también estuvo al frente del comité de finanzas, desde el cual colocó a simpatizantes suyos en el Banco Central y en el ministerio de Finanzas.
 
Empresario millonario exiliado de Iraq durante más de 40 años y condenado en ausencia por desfalco en Jordania en 1992, Chalabi llegó a estar entre los favoritos de EE.UU. como posible líder del gobierno interino iraquí, pese a su escaso apoyo dentro del país.