Los taiwaneses celebraron ayer el Día del Padre en medio de una fuerte presión, ante la incertidumbre de si conservarán su trabajo y si podrán seguir manteniendo a sus familias, novedosas preocupaciones en un país desacostumbrado al desempleo.

En Taiwan, el Día del Padre se festeja el octavo día del octavo mes. Los taiwaneses han llegado a esta celebración en una época en la que el país atraviesa una etapa de cambio caracterizada por el traslado de miles de industrias tradicionales y de alta tecnología a lugares más baratos.

Los traslados masivos de empresas a China y el sureste asiático hacen que el 19,81 por ciento de los padres encuestados tema que sus empresas se vayan al extranjero o quiebren, lo que supondría el final de sus empleos.

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En términos financieros, el 42,26 por ciento de los padres taiwaneses no cobra suficiente sueldo.