Si bien se ha repetido en incontables ocasiones, es realmente lamentable que el Ecuador se encuentre en los primeros lugares de la lista de los países más corruptos del planeta.

Y con los escándalos diarios que se están descubriendo y   la total impunidad que campea en el régimen, donde el círculo que rodea al Presidente ha tomado al país como hacienda propia, unos hacen y deshacen y nadie abre la boca.

Los jubilados han  padecido largo sufrimiento y más de una docena de ellos han muerto para lograr que les aumenten la pensión jubilar que no pasaba de ser una limosna.

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Pero dinero sí hay, hay  1 millón de dólares para una escuela en Tena, cuyo director no tiene idea de cuántos alumnos hay en esta; hay dinero para entregar préstamos a familiares y allegados del Presidente sin pagar intereses; para usar el helicóptero de la Policía para trasladar a cierta gente a las concentraciones políticas; para que principales jefes de las Fuerzas Armadas paseen con sus familiares por Galápagos.

A pesar de este extenso preámbulo, los horrores más grandes que ahora deberían ocupar nuestra atención son el abuso y la violación a los que han sido sometidos cientos de niños en Galápagos. No me cabe en la cabeza que puedan existir monstruos tan aberrantes, capaces de violar a criaturas de tres meses de nacidas.

Y no entiendo por qué los tienen aislados, deberían ponerlos junto a los más contumaces asesinos. Esperamos que los miembros de la Comisión de los Derechos Humanos no vayan a protestar por esto, porque respecto a este espantoso episodio no han dicho ni pío.

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Lourdes Meloni de Rojas
Guayaquil

Toda la ciudadanía se encuentra preocupada por los casos de pornografía infantil  denunciados, uno en Guayaquil y otro en Galápagos, y todos los medios de comunicación han hecho mucha difusión a las denuncias contra estos delitos.

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Esos actos criminales han sido ejecutados por personas desconocidas, que no sirven para los intereses de nadie conocido. Pero qué rápido y qué fácilmente se resolvió el caso de violación de una menor, realizado por un futbolista; se puede decir que hasta ya se  olvidó ese acto criminal sin darle la importancia necesaria.
Con dinero se solucionó todo y quizás no hay ni un juicio.

¿Dónde están la justicia, los valores, la ética, la moral? Y pensar que muchas veces los deportistas son ídolos de los niños; pero ¿ídolos de qué?

Dra. Marcela Yépez Intriago
Guayaquil