La posible participación del ex presidente del gobierno español José María Aznar en la campaña electoral del actual presidente estadounidense George W. Bush, que aspira a su reelección en noviembre, desató una nueva polémica sobre su lealtad o deslealtad a la política exterior española.
"El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, ha invitado a José María Aznar para que participe como orador en la Convención Republicana", afirmó el sábado en portada el diario español El Mundo, citando a fuentes del Partido Popular (PP, derecha), del cual Aznar sigue siendo presidente.
El Partido Republicano celebrará del 30 de agosto al 2 de septiembre su Convención en el Madison Square Garden de Nueva York, como paso obligatorio previo a las elecciones presidenciales del 2 de noviembre.
Según el citado matutino español cercano al PP, Aznar, que se encuentra de vacaciones en las Islas Baleares (este) rechazará la invitación de Bush.
Tras conocerse la invitación de Bush a Aznar, las críticas no se hicieron esperar. El diputado socialista Alfonso Perales consideró que esa nueva visita de Aznar a Estados Unidos sería "inoportuna" y "contraria a los intereses de España", pues la mantiene "permanentemente implicada en la imagen y gestión de la administración Bush".
El portavoz de la coalición Izquierda Unida (IU, pro-comunista), Felipe Alcaraz, consideró que la presencia de Aznar en la Convención que confirmará el tandem Bush-Cheney para disputar una nuevo mandato presidencial a los demócratas, sería "impertinente" y "una deslealtad flagrante a la política exterior española".
Poco después de abandonar el gobierno (1996-2004), a mediados de abril pasado, Aznar viajó a Estados Unidos, desde donde criticó la decisión de su sucesor socialista en La Moncloa, José Luis Rodríguez Zapatero, de retirar a las tropas españolas de Irak, a donde él las había enviado un año antes, como muestra de su apoyo ferviente a la guerra de Irak, liderada por Washington.
Sus críticas fueron interpretadas como una "deslealtad" a la política exterior del gobierno español.
Aznar expresó además públicamente su deseo de que Bush sea reelegido para un segundo mandato presidencial.
La nueva polémica provocada por la invitación de Bush se produce dos semanas después de que el ex jefe de Gobierno español estuviera salpicado por dos escándalos: su afirmación a una radio colombiana de que tiene en su poder documentos de inteligencia sobre los atentados del 11 de marzo en Madrid y la revelación de que su gobierno pagó dos millones de dólares a un despacho de abogados estadounidense para que gestionara la concesión a Aznar de la medalla de oro del Congreso norteamericano.