A todos los dueños de automotores les recomiendo no ponerles películas antisolares, porque se ha degenerado su concepto, pues hoy este permiso que brinda la Comisión de Tránsito del Guayas (CTG) por un valor de $ 42 anuales, es mal utilizado por los pillos robacarros ya que se esconden en la parte de atrás del vehículo y andan acechando sin que se los pueda ver.

Estuve presente afuera de cierto almacén en el norte de Guayaquil y vi que dentro de una camioneta (de doble cabina con películas antisolares en todos los vidrios), en la parte  de atrás, estaban dos sujetos con una cámara de video y lente teleobjetivo, grabando a todos los clientes que salían del almacén, y otro con un radio comunicándose. Eso me llamó la atención e informé a los guardias de dicho negocio, pero no prestaron ayuda por estar al tanto de las propinas.

¿Cuántas veces hacen este tipo de “trabajo” en los bancos y almacenes sin que se pueda reconocer a los sujetos?

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Es una recomendación particular. Si les sacamos las películas a nuestros carros, estoy seguro de que algún vehículo con estas que se estacione junto al nuestro será para ponernos en alerta. Claro, los delincuentes roban carros con películas para hacer sus fechorías en la noche, y hasta se llevan al dueño del vehículo.

Unamos fuerza y, ¡afuera las películas de los vidrios! Yo ya quité las mías; lo siento por las millonarias recaudaciones que entran a la CTG.

Ing. Rodolfo Vásquez R.
Guayaquil