En Guayaquil muchos alumnos entran al colegio a las 07h00 y salen a las 14h30, dependiendo del plantel, para luego coger el bus escolar que los lleva a sus casas; consecuentemente, los estudiantes están llegando a sus hogares, como mínimo a las 15h00 o más tarde.

Ningún humano por más lunch o comida ligera que lleve al colegio, más aún si son criaturas, aguanta hasta esas horas sin almorzar. Eso es un maltrato al menor.

Después de las 12h00, los niños y jóvenes no rinden con la misma plenitud que en horarios normales; sin embargo, ciertos planteles establecen hasta nueve o diez horas de clases. Eso es inhumano.

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Hay colegios que se adaptan a los horarios de los profesores, en vez de proceder a la inversa, puesto que esos mismos maestros dan clases en diferentes colegios. Por ejemplo, ¿cómo es posible que un niño reciba educación física a las 08h00 y luego deba ir a clases de otras materias, o lo contrario, que reciba gimnasia a las 13h00 cuando ya está agotado mentalmente de las clases que recibió? Y como son ciertos colegios privados, no se puede hacer nada.

¿Dónde están los derechos de los niños? Hay una serie de incoherencias que deben ser analizadas por el bien del desarrollo de la educación.

Javier Segarra
Guayaquil