Jorge Borja Jonnes, quien hasta la semana pasada se desempeñó como gerente del Banco del Estado (BEDE), este mediodía se defendió de las acusaciones de irregularidades en su gestión que se le imputan.

Borja puso a consideración del presidente de la República, coronel Lucio Gutiérrez, su renuncia la semana pasada, cuando se hizo público los préstamos que el funcionario concedió a los empleados de libre remoción.

Destacó que no solo él le ha concedido préstamos a sus subordinados, sino que desde 1982 los funcionarios que se han desempeñado como gerentes del BEDE han procedido igual.

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Según Borja, su antecesor en la gerencia del banco estatal, Julio Molina, entregó créditos por 84 millones de dólares a sus subordinados, lo que repercutió en la actual administración. Por esta razón, señaló, no pudo conceder mayor cantidad de créditos ya que no contaban con los fondos.

Por su parte, Molina desmintió que haya entregado 84 millones de dólares en créditos a sus funcionarios. Dijo que esos fondos fueron el resultado de la gestión de cobro que se realizó en sus gestión.

Además, Molina comparó su gestión y dijo que en su administración colocó a nivel nacional, por concepto de créditos, $173 millones cuando su predecesor extendió créditos por $24 millones.

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Otra de los argumentos que Borja utilizó fue que contaba con los documentos en los que la Superintendencia de Bancos le prohíbe que se entregue directamente a la Contraloría General la información para que investigue al BEDE, una vez que, según indica, la Superintendencia es el órgano de control del banco.

Finalmente, aseguró indicó que los funcionarios de su administración no fueron los únicos que accedieron a los créditos del bancos. “También los empleados que trabajaron en la institución desde 1982 accedieron a los préstamos”.

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