El presidente Lucio Gutiérrez dijo el jueves que está de acuerdo con un eventual retorno al país del ex presidente Abdalá Bucaram, quien gobernó de agosto de 1997 hasta febrero de 1997 y se fue en medio de multitudinarias protestas y acusaciones de corrupción.
 
El Congreso lo calificó como incapaz para gobernar y lo destituyó.
 
Si Bucaram llega a pisar suelo ecuatoriano, deberá ser apresado inmediatamente, puesto que tiene órdenes de encarcelamiento por los dos juicios pendientes por enriquecimiento ilícito, a menos que la justicia, en un giro inesperado, lo declare inocente.
 
Como Lucio Gutiérrez yo quisiera que regrese Bucaram, está bien que venga, yo no le tengo miedo, pero hay algunos políticos que sí le tienen miedo, terror a que regrese, expresó en entrevista con un canal de televisión, difundida repetidas veces por todas las televisoras nacionales el jueves.
 
Sorprendiendo a los periodistas, dijo que las acusaciones contra Bucaram, como enriquecimiento usufructuado del erario,   no son de su responsabilidad, sino de sus ministros.
 
Estas declaraciones han desatado la incertidumbre en los medios políticos, puesto que el ex presidente es considerado como populista y no ha borrado sus acusaciones de corrupción, aunque los miembros del Partido Roldosista Ecuatoriano (PRE), creado por Bucaram, se ha encargado de difundir a los medios la posibilidad de un pronto retorno.
 
Solo hemos conversado con el presidente el retorno de Abdalá Bucaram, porque nosotros hemos venido apoyándolo 16 meses, confirmó a la prensa la diputada del PRE, Dennis Cevallos.
 
Varios allegados de Bucaram ocupan cargos públicos, a lo cual la prensa ha calificado como un   gradual acercamiento entre el estado y el líder autoexiliado en Panamá, y el PRE ha apoyado en el Congreso las iniciativas presidenciales desde la posesión de Gutiérrez, en enero del 2003.
 
Incluso el hijo de Bucaram, Jacobo, ha aparecido últimamente dentro de la sala de sesiones del Congreso, organizando reuniones entre los diputados roldosistas y, según informes periodísticos, hablando constantemente con su padre.
 
Eso sería indigno (un impune retorno). El es un ladrón, y debe ir a prisión, dijo a la AP Rodrigo Erazo, un taxista de 42 años, que oyó sorprendido las declaraciones del mandatario.
 
Mejor que no regrese, porque el pueblo podría matarlo. Ese es el trato que debe darse a alguien así, dijo Rosa Arroyo, una estudiante universitaria.
 
Sin embargo, el principal apoyo popular que podría recibir Bucaram reside en Guayaquil, en donde miles de pobres aún ansían su retorno, esperando que él los saque de la miseria.