Sobre los niños y adolescentes “burbujas” o que viven en las urbanizaciones cerradas, la realidad de Guayaquil, y su área circundante en el Litoral, ofrece pocos elementos de formación y calidad de vida para ellos como son: la inseguridad en las calles por los asaltos, violaciones, secuestros..; el riesgo del transporte público; la compañía poco recomendable de vecinos de barrio que conducen menores a lugares como prostíbulos, juegos de azar,  y muchos otros riesgos que esos chicos “burbujas” no corren ahora por su lugar de residencia.

La sensibilidad social de esa juventud ahora protegida por las urbanizaciones cerradas, será responsabilidad de sus padres, de sus formadores religiosos y orientadores vocacionales.

Si esas ciudadelas cerradas conservan una juventud sana de espíritu y cuerpo, están cumpliendo su finalidad gracias al esfuerzo de los padres, para salvar a sus hijos, y sobre todo entregar una juventud preparada para nuestra patria.

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Ab. Fernando Quiroz Aguilar
Guayaquil