El utilizar actos de "tortura y humillación" como un novedoso método para dejar la bebida provocó que unos 21 centros de alcohólicos anónimos sean investigados y eventualmente cerrados en la ciudad de Puebla, en el este de México, donde el extraño "tratamiento" ya cobró una vida.
"Es una realidad que en esos centros se humillaba y torturaba a los enfermos", declaró a la AFP el responsable del operativo de investigación, Paul Mendieta, el cual es ejecutado por la secretaría de Salud y la Comisión de Derechos Humanos de Puebla, mientras que la Procuraduría de Justicia investiga el caso.
La muerte de uno de los alcohólicos registrada en condiciones "misteriosas" hace tres semanas en uno de los denominados "anexos de alcohólicos" encendió la alarma pero "confiamos en que las autoridades judiciales ofrezcan resultados", aseguró Mendieta.
Cada uno de los centros atendía a unos 30 alcohólicos, los cuales eran sometidos a estos particulares métodos de sanación por personal desacreditado por la Secretaría de Salud.
"Las familias deciden deshacerse de los alcohólicos y los encierran en contra de su voluntad en estos centros. Allí eran golpeados e incluso les suministraban medicamentos inadecuados", agregó Mendieta.
El funcionario detalló que "estos lugares fueron advertidos de que sus prácticas eran inadecuadas y se les ofreció un plazo para que se regularizaran. Sin embargo, incumplieron y por eso estamos actuando".
En Puebla existen 210 centros de atención a alcohólicos. Los enfermos de los 21 centros que serán clausurados serán reubicados en el resto de entidades que no presentan este tipo de irregularidades.