Ecuador y Colombia firmaron el lunes un acuerdo para prevenir las consecuencias de las fumigaciones en territorio nacional. Después de más de nueve meses de trabajo conjunto de las comisiones científico-técnicas, el acta se signó cuando el país vecino anunció que por lo menos en un año no habrá más fumigaciones en el cordón fronterizo común.

El documento, que tiene cuatro puntos, expresa que las aspersiones terminaron en mayo pasado; aunque el Departamento de Estado de Estados Unidos confirmó a este Diario que hace tres semanas fumigaron en el departamento de Putumayo.

Agrega el texto que en caso de que se vuelvan a realizar se informará al Ecuador para que “pueda tomar oportunamente las muestras y los respectivos análisis”.

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Por respeto a la soberanía ecuatoriana se “garantizarán las condiciones técnicas que impidan que estas aplicaciones alcancen territorio nacional”, además las delegaciones se comprometieron a intercambiar información sobre los efectos en la salud humana, ambiente y residuos en suelos y aguas.

El director de Estupefacientes (DNE) del país vecino, Alfonso Plaza, indicó que las operaciones en los departamentos de Putumayo y Nariño, colindantes con las provincias de Sucumbíos y Esmeraldas, terminaron y “seguramente no vamos a necesitarlas más, salvo que haya una inusitada siembra”.

En el seminario sobre aspersiones organizado ayer por la comisión colombiana y dirigido para periodistas y la sociedad civil ecuatoriana, en Ciespal, el vicecanciller Edwin Johnson aseguró que “es un ofrecimiento formal de Colombia que los residuos de glifosato no llegarán a territorio ecuatoriano”.

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Los estudios científicos servirán para establecer si las denuncias realizadas por los habitantes de la frontera norte sobre las afectaciones del herbicida utilizado por Colombia son reales, recalcó.

En Bogotá, John Walters, jefe de la oficina antidrogas de EE.UU., consideró que la lucha que libran las distintas agencias en contra del lavado de dinero es insuficiente para asestar un duro golpe al tráfico ilegal de drogas.

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Mientras tanto, el brazo investigador del Congreso estadounidense llamó ayer al Departamento de Estado a mejorar la planificación de los programas de erradicación aérea de cultivos de droga en Colombia, y estimó que  los programas de ayuda no militar a ese país quizás no sean sostenibles.

COMISIONES

TRABAJO
El diputado de Esmeraldas, Julio González (Pachakutik), criticó el trabajo de las dos comisiones técnico-científicas porque “este ha servido solo para justificar las aspersiones del gobierno de Álvaro Uribe“.

PRECURSORES
En el seminario sobre fumigaciones, la delegación colombiana se enfocó en las consecuencias ambientales del uso de precursores químicos utilizados para procesar la hoja de coca, antes que hablar de los efectos del glifosato.

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HERBICIDA
“El glifosato no es inocuo, un suicida necesita tomarse 23 litros para autoeliminarse“, indicó Camilo Uribe, experto colombiano en toxicología.