Cada día que pasa nos enteramos de cosas increíbles, absurdas, como la subasta del balón con que se jugó en la Eurocopa, donde David Beckham falló el primer disparo en la tanda de penaltis en el partido Inglaterra-Portugal.

Esta pelota fue tan lejos del arco que cayó en manos de un aficionado español, que está haciendo negocio, pues le ofrecen 10 millones de euros, o sea 12 millones de dólares.

Ofrecer tanto dinero por un balón nos demuestra que hay tanta desigualdad entre quienes tienen demasiado dinero y otros que viven en la miseria.

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Pero esto no ocurre solo en Europa, aquí en nuestro pobre Ecuador vamos casi por igual camino, aquí también se fabrican ídolos de barro; un técnico de fútbol que gana 25.000 dólares mensuales mientras los pobres jubilados hasta han tenido que hacer huelga de hambre porque ganan 30 dólares en el ocaso de su existencia.

Pedro Zavala Calderón
Guayaquil

¡Gracias Bolillo por la labor desempeñada!, lo que no deberíamos hacer es llevarlo al lugar de ídolo irremplazable; él estuvo en el lugar y momento precisos. Lo menciono por estos tres motivos: las otras selecciones con las que jugó Ecuador para las eliminatorias del 2002, excepto Argentina,  estaban en bajón futbolístico, no mejoramos sino que los rivales empeoraron; Ecuador atravesaba desde 1998 la peor crisis económica por lo que su gente necesitaba un objetivo que hiciera olvidar sus frustraciones, y qué mejor que el fútbol con su selección y simpático entrenador; lastimosamente lo que viene de afuera lo consideran mejor, no apreciamos lo que tenemos.

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Si queremos ser bastante críticos, el Bolillo no dejó formados nuevos jugadores, según su contrato solo tenía que trabajar con la selección de mayores; las grandes victorias no solo se consiguen con ganas de quererlas sino con los mejores elementos. Por eso simplemente gracias Bolillo, los ecuatorianos no somos ingratos. En esta vida nadie es indispensable. El mejor de los éxitos para nuestra selección.

Ricardo Echanique G.
Guayaquil