El portero de un jardín de infancia en China mató a cuchilladas a un niño e hirió a otros 15 y a tres maestros, dejando a otros aterrorizados y ensangrentados, informaron este miércoles la prensa y fuentes policiales. 

Los agentes se dirigieron apresuradamente al jardín de niños, administrado por un hospital de la Universidad de Beijing, después de que a las 9:36 de la mañana les avisaron que un hombre estaba atacando a niños en la escuela con un cuchillo de cocina. 
 
Xu Heping, un hombre de 51 años que trabajaba medio tiempo como portero, fue arrestado, dijo Liu Wei, portavoz de la policía. 
 
En 1999 Xu estuvo hospitalizado por esquizofrenia durante cinco meses en otro hospital de Pekín, señaló Liu. Dijo que Xu comenzó a trabajar en la escuela, ubicada en un vecindario de gente acaudalada en el centro de la ciudad, hace dos años. 
 
La policía no informó cuántos niños estaban en la escuela al momento del ataque. La mayor parte de los estudiantes chinos están de vacaciones. 
 
La agencia noticiosa estatal Xinhua dijo que los niños llevados al hospital número 1 de la Universidad de Pekin estaban   cubiertos de sangre y se veían aterrorizados. Los informes noticiosos no mencionaron su edad, y la policía no proporcionó información adicional. Los empleados del hospital rechazaron hacer comentarios. 
 
El jardín de niños y el hospital se encuentran cerca del complejo donde el presidente Hu Jintao y otros líderes chinos viven y trabajan, justo al oeste del antiguo palacio imperial. 
 
El centro de enseñanza elemental atiende a niños de empleados del hospital, aunque varios funcionarios del gobierno también viven en la zona. Se desconoce si sus hijos estaban en la escuela. 
 
Una persona dijo que ayudó a la policía a llevar a los maestros heridos al hospital. 
 
Vi a los niños tirados en el piso. Había sangre, dijo el hombre, que sólo se identificó como Xu, un nombre muy común en China. 
 
El gobierno busca mostrar al país como un lugar seguro, donde una población cada vez mejor remunerada cosecha las recompensas del crecimiento económico orquestado por las autoridades. Sin embargo, una racha de homicidios, atentados dinamiteros y envenenamientos masivos durante los últimos años amenaza socavar ese mensaje.