Nacido en Ecuador, es un hombre muy culto, viste con elegancia y tiene el aire universitario que le presta su licenciatura en Económicas y Administración en una Universidad de los Estados Unidos. Se llama Guillermo Albán y lleva desde 1996 en España, intentando abrirse paso en la difícil profesión de matador de toros.

Para Guillermo Albán no ha empezado mal la actual temporada de 2004: “llegué de América a primeros de mayo y a los quince días corté tres orejas en una corrida en Belmonte de Tajo (Madrid), sin tiempo de aclimatarme. Menos mal que había toreado en Ecuador y Venezuela y cuando mi apoderado, el matador español Gabriel de la Casa, me dijo que había que torear no lo pensé dos veces.”

Para el torero nacido en 1971 en Guayaquil (Ecuador), la vida no ha sido fácil: “empecé tarde en el toreo porque tuve que terminar la carrera antes de vestirme de luces. Tras los estudios, comencé a torear con caballos en México, pues allí no existen las novilladas sin picadores y más tarde inicié mi carrera taurina. En Ecuador me fui preparando hasta que en 1996 me embarqué en la temporada española”. Su debú absoluto lo hizo en la capital azteca el 18 de julio de 1993, en la conocida placita de Arroyo.

Publicidad

Para Albán, soltero, que vive en Madrid, en el barrio de Oporto, y se entrena todos los días en la Casa de Campo, la ayuda que le prestó un veterano matador español, Manolo Escudero, es inolvidable: “me enseñó la técnica del toreo, luchó muchísimo por mí, fue mi apoderado y me hizo la preparación justa para tomar la alternativa en Quito, con Finito de Córdoba de padrino y `El Juli´ de testigo, el 2 de diciembre de 1999. Empezaron entonces mis triunfos en Ecuador.”  

Ganador en ferias de Ecuador...

Las temporadas de Albán en América tuvieron el color de lo cálido y así consiguió el trofeo de la feria de Jesús de los Milagros y “luego obtuve los trofeos máximos en Ambato, Riobamba, Cuenca, Ibarra, etc. Desde entonces he toreado 40 corridas de toros en América y en España y he cortado 63 orejas”.

Publicidad

Ahora pasa la mayor parte del año en su casa madrileña y el pasado año, en agosto, confirmó la alternativa en la plaza de Las Ventas de Madrid, con el madrileño Carlos Escobar “Frascuelo” de maestro de la ceremonia y Curro García de testigo. Desde entonces lidió 8 corridas en España, con 10 trofeos cortados a lo largo de 2003.

“Luego fui otra vez a Quito a discutir con la empresa de aquella plaza pues siempre tenemos nuestros encontronazos: ellos hacen una valoración de mis temporadas hispanas más bajo de lo que lo hago yo y ahí viene el problema. Al final, siempre llegamos a un buen acuerdo. Esto es muy difícil porque el público, incluso de los pueblos, quieren en sus ferias a Ponce y El Juli y eso no puede ser y conseguir un nombre fuerte que suene entre los aficionados es demasiado duro”.

Publicidad

Guillermo llegó a España “un poco a la buena de Dios. Había toreado en América pero me faltaba mucho oficio. Había toreado incluso en la Monumental de México y en la de Quito, pero carecía del oficio preciso. No tenía técnica, y menos mal que la ayuda del maestro Escudero me valió de mucho".

Para el torero de Guayaquil, el actual momento del toreo de su país atraviesa una época muy buena. “Hay que recordar, por ejemplo, que hasta el año pasado en que yo confirmé en Madrid, hacía ya 27 años que lo había hecho Fabián Mena, un toreo ecuatoriano ya retirado, pero hoy es distinto porque el toro autóctono está muy bien y se le ha refrescado convenientemente la sangre, a pesar de que con aquello de las `vacas locas´ estuvimos a punto de perder todo lo bueno que habíamos conseguido con la importación de vacas e incluso de semen”.

En este momento de la conversación, el toreo ecuatoriano explica su modo de ver el problema de la carencia de figuras grandes del toreo americano: “Desde que surgió el colombiano César Rincón, no ha aparecido nadie con fuerza semejante pero hay que darse cuenta que es muy difícil, ya que incluso en España no aparecen todos los días esa clase de toreros, no salen de debajo de las piedras. Las figuras de talla mundial son muy difíciles de crear, no estamos en la edad de oro, como hace unos veinte años con monstruos colombianos, venezolanos, mexicanos... aquello de momento, pasó”

Madrid, plaza imposible 

Publicidad

De vez en cuando, Albán se acuerda de la tarde de su confirmación y parece pensar en algo: “Madrid, su plaza de toros, exige muchísimo. Lo pone muy difícil para todos, españoles o de donde seas. Y luego, esa dificultad se paga, pues al no triunfar en Las Ventas, la cosa entra en lo imposible. Está la feria de San Isidro donde se roza el milagro para entrar en sus carteles. Luego quedan los carteles de verano, con toros imposibles, grandes, viejos, sin casta, donde los que se anuncian no pueden pasar el fielato que impone esa plaza. Y luego, queda lo demás. Está todo mal hecho...”.

Lo esperan en Portugal

Guillermo Albán se prepara duramente para sus próximos compromisos en España y en Portugal. Recientemente toreó en Murcia donde hay muchos miles de sus paisanos emigrantes que trabajan en la producción agrícola de aquella parte del sur español. Actualmente hay en España unos 200.000 ecuatorianos emigrantes y muchos de ellos pueden ayudar a conseguir contratos para Guillermo, ya que “con una buena promoción, mis paisanos llenarán cualquier plaza, incluida Madrid. Si nos fijamos en los dos partidos de fútbol que ha jugado la selección ecuatoriana en Madrid y Barcelona así lo demuestran”.

El pensamiento de la dificultad de torear en España no deja de preocupar a Guillermo Albán. “Aparte de las dificultades normales, en España hay muchos `ponedores´ que quitan muchísimos puestos a los que no somos millonarios. Esos `ponedores´ son los `ponen dinero por torear´, es decir que, amén de jugarse la vida resulta que pagan. Nunca lo he comprendido ni siquiera como inversión. Torear en Madrid es casi imposible pero si luego vienes sin verle la cara al toro resulta que ser torero en España es una quimera. Madrid es la única plaza que te puede poner en marcha, pero ¿quién puede torear en Madrid?”

Albán es joven pero en su cabeza están los nombres de matadores de Ecuador que triunfaron en España hace veinte o treinta años: Edgar Puente, Armando conde, Fabián Mena... así lo demuestran. “Por eso sé que ahora no me puedo dormir ni un segundo. He de conseguir llegar a donde llegaron ellos y, desde luego, tratar de superarlos. El hecho de la presencia masiva de mis compatriotas en España puede ayudarme mucho”.
 
Y no hay quien le quite de la cabeza esa idea...