Las personas que acudan al peregrinaje del Papa a Lourdes, al pie de los Pirineos franceses, se someterán a registros a la entrada del santuario mariano, como una de las medidas del dispositivo de seguridad.

En las tres entradas del santuario, en el que se esperan “cientos de miles de personas”, se formarán 70 filas para controlar que los visitantes no introduzcan armas o explosivos, explicó el obispo de la diócesis de Tarbes y Lourdes, Jacques Perrier, en una conferencia de prensa en París.

Perrier, quien agregó que no se tratará de controles tan escrupulosos como los de filtrado de los aeropuertos, indicó que dentro del recinto religioso, que recibe unos seis millones de peregrinos cada año, habrá un gran número de policías cuya principal misión será “encauzar los flujos de las multitudes”.

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Custodia
La Prefectura (delegación del Gobierno) señaló la semana pasada que unos 2.700 policías y gendarmes velarán por la seguridad del Pontífice durante sus dos días de estancia, que será la octava en Francia y la segunda en Lourdes, donde ya estuvo como Papa también durante la festividad de la Virgen de agosto en 1983.

En cuanto al número de personas que acudirán a Lourdes durante los dos días en los que el Santo Padre permanecerá en Lourdes, el obispo afirmó: “No hay ningún pronóstico cifrado posible”, aunque más adelante confirmó que se contarán en “cientos de miles”.

El santuario tiene capacidad para 300.000 personas simultáneamente, recordó Perrier, quien dijo que se espera la llegada de miles de españoles y de otros países europeos, como italianos, belgas o alemanes. Además de la asistencia de dos tercios de los obispos franceses y de más de un millar de curas.

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La peregrinación comenzará con el paso del cortejo de Juan Pablo II por las  calles y el santuario de Lourdes, después de que se reúna con el presidente  francés Jacques Chirac a su bajada del avión en el aeropuerto de  Tarbes-Lourdes, indicó el obispo.