En una humilde vivienda del pueblo Campos Limpios de Tapuá, al norte de la capital paraguaya, velaban en cuerpo ausente el lunes a una mujer de 23 años de edad quien habría muerto carbonizada el domingo en un incendio de un supermercado. 
 
Pero el rezo del santo rosario y los llantos pararon abruptamente cuando llegó la noticia de que la mujer fue encontrada viva. 
 
Rubén Aguiar relató a los periodistas apostados frente al supermercado Ycuá Bolaños, el lunes que   este es un momento de mucho dolor por la tragedia pero yo y mi familia tenemos una alegría especial porque mi hermana Marina, de 23 años, reapareció hoy. 
 
Ella estuvo el domingo en el supermercado haciendo compras y tras el incendio la busqué entre los cadáveres sin encontrarla; luego, en horas de la tarde y noche estuve en todos los sanatorios y hospitales que atendían a los heridos y tampoco di con ella, relató con visible emoción. 
 
Aguiar explicó que el lunes temprano   mi mamá dejó libre una habitación de la casa para el velatorio; llegaron las flores y las vecinas estuvieron rezando cuando me avisan por teléfono que una mujer con las características de mi hermana estaba herida e internada en el hospital del Instituto de Previsión Social. 
 
Fui al lugar y encontré que era, efectivamente, mi hermana pero estaba inscripta con otro nombre. Estamos felices pero mi madre todavía está en crisis emocional, no entiende nada de lo que pasó, contó aliviado. 
 
En contrapartida, en el barrio Zeballos Cué, a unos 2 kilómetros al norte del centro comercial siniestrado, en 25 residencias son velados algún miembro de la familia, principalmente, niños. 
 
Los pequeños habían asistido en forma masiva al supermercado atraídos por ofertas de juguetes atendiendo a que el 16 de este mes se festeja en Paraguay el día del niño. 
 
El alcalde municipal de Asunción, Enrique Riera, informó que   los cadáveres que no sean identificados serán sepultados el martes en los cementerios, cada uno en su propio ataúd con un código de manera que en el futuro, si fuese necesario, sean exhumados para realizarse el estudio de ADN. 
 
Oficialmente, hubo 318 muertos y 276 heridos. Además, fueron encontrados 28 restos óseos que no constituyen, precisamente, cuerpos. 
 
En la cancha de basquetbol del primer cuerpo de ejército se encuentran unos 120 cadáveres que todavía no fueron reconocidos por sus familiares; muchos de ellos, son imposibles de ser identificados debido a la carbonización.