Un portarretrato con la imagen de un joven sonriente sobresale entre otros que están sobre la mesa de centro en casa de la familia Aroca Palma, en Bellavista. El muchacho es Toñito, como llamaban a Joffre Antonio Aroca Palma, quien fue asesinado la madrugada del martes 27 de febrero del 2001.

Perla Palma describe con nostalgia que el dolor la ha fortalecido “para luchar contra la impunidad en que parece quedará” el asesinato de su hijo, que fue denunciado en la Fiscalía y en el IV Distrito de la Policía. Su presunto autor, Carlos Rivera Enríquez, un subteniente de Policía, sigue prófugo, afirma.

Perla recuerda que aquel 26 de febrero, Toñito, que entonces tenía 21 años, se despidió para ir a casa de su abuela Amelia Melgar, en las calles Ayacucho y la 17, para descansar porque a las 05h00 del martes 27 debía viajar a Playas en un tour.

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“Según sus amigos (y como consta en el proceso penal), una camioneta de Más Seguridad se parqueó en Pedro Pablo Gómez y la 17, donde aguardaban el bus. Los agentes agredieron al grupo y pidieron documentos. Mi hijo les dijo que nada malo hacían y los metropolitanos le rastrillaron sus armas. Los chicos corrieron a sus casas y mi hijo quedó solo. Después le cubrieron el rostro y lo embarcaron”, agregó.

Perla Palma no durmió esa noche. A las 09h00 del día siguiente le avisaron que encontraron el cadáver de Toñito detrás del estadio de Barcelona. Tenía un disparo en la espalda”, indicó.

La causa 78-2001 se inició en el Juzgado 5º de lo Penal del Guayas y se dividió con la 011-2001 que se tramita en el Juzgado 2º del IV Distrito. Ambos procesos son contra Rivera, quien estuvo preso en la Cárcel 4 de Quito y a inicios del 2002 escapó. Recapturado el 13 de abril de ese año, fue liberado tras cumplir un año de prisión preventiva sin sentencia.